A mí me gustaría mostrarte una lista de 10 cuentos infantiles muy especiales para mí. Cuentos o historias sobre el respeto a los animales que deberías leer a tus hijos.
Hablan sobre la empatía, el respeto y los derechos fundamentales de los animales.
Valores que se aprenden desde muy temprana edad. Y que todos los padres deberíamos enseñar o inculcar a nuestros hijos.
Aquí te dejo una selección de mis favoritos:
1. FERDINANDO. Munro Leaf
Este cuento nos cuenta la historia de Ferdinando. Un toro al que le gustaba oler las flores del campo y que nunca soñó con embestir a nada, ni a nadie.
Un día una avispa le pico, y esto enfureció al pobre Ferdinando, justo cuando pasaban unos picadores por la zona, buscando toros bravos….
DILO POR MÍ. Rocío Buzo
Oli tiene nueve añitos. Y un día, estando comiendo con sus abuelos, el filete que tenía en el plato empezó a hablarle. Contándoles una historia que cambiaría su vida para siempre.
EL SAPITO VEGETARIANO. Ana María Romero Yebra
Sapito no come nada, y su mamá está muy preocupada. ¿Qué es lo que le pasará a sapito? Su madre lo llevó al médico y seguía sin comer.
Hasta que un día,… dijo que no quería comer animales…..
EL PEZ QUE SONREÍA. Jimmy Liao
Cuenta la historia de un hombre que cada día pasaba por una tienda de animales, y había allí un acuario repleto de peces.
Entre todos los peces había uno que siempre le sonreía, un día decide comprarlo y llevarlo a su casa como mascota.
ADIOS MANOPLAS. Benjamin Chaud
Manoplas es un conejo del que su dueño, un día decidió librarse de él; ya no tenía edad para que su mejor amigo fuera un conejo.
EL DESTINO DE CARTUCHO. Ana Sánchez Rodríguez
A cartucho no le gustan, ni el monte, ni la caza, … le dan miedo las escopetas y se hace amigo de los conejos. Pero cartucho, está considerado un perro de caza….
7. COMO TÚ. Guido van Genechten
Si te fijas, verás que muchos animales son como tú: tienen orejas, tienen ojos, tienen nariz, como tú. Pueden usar sus narices para darse besos. Como tú, Cuando tienen hambre, necesitan comer: como tú. Y cuando tienen sed, beben como tú.
PALABRAS DE CARAMELO. Gonzalo Moure
Kori es un niño sordo que vive en los campamentos de refugiados saharauis. No conoce las palabras, pero entiende mejor que nadie las emociones, de ahí que entienda las palabras de un pequeño camello al que quiere mucho, y al que ha puesto el nombre de Caramelo.
Pero Caramelo se hace mayor y el niño se entera de que tienen que sacrificarlo para poder comer.
Una noche, huye con él sin saber muy bien hacia dónde, en un intento de salvarlo.
LOS ANIMALES TAMBIÉN LLORAN: HISTORIAS SOBRE EL ABANDONO. Raúl Mérida y Pablo Santana.
Aunque no es un cuento infantil, he decidido incluirlo en la selección. Y recordar, que un animal no es un juguete.
La mayoría de animales abandonados mueren atropellados, maltratados o sacrificados en perreras municipales. Sólo los más afortunados terminan sus días en una sociedad protectora, donde quizá tengan la suerte de ser adoptados. No se sabe bien qué consecuencias tiene realmente el abandono. En este libro los autores se ponen en el lugar del animal para describir lo que supone el abandono y la entrada en un albergue, así como las posibilidades de adaptarse a una nueva familia. Nos cuentan sus experiencias de primera mano a través de casos reales de perros, gatos y animales de cuadra (burros, mulas, ovejas e incluso una cerda), describiendo por primera vez en un libro cómo llegan a caer en depresiones o problemas de ansiedad y cómo se pueden recuperar.
Por favor, no regaléis animales a los niños por cumpleaños o en Navidad. Hay muchos “sin hogar” esperando ser adoptados en protectoras y perreras.
PLATERO Y YO DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ CONTADO A LOS NIÑOS. Rosa Navarro Durán
¿Cómo era Platero?
Platero era pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera que parecía que no tenía huesos, que era de algodón. Pero sus ojos, negros, eran como espejos de azabache – esa reluciente piedra negra – porque eran duros como dos escarabajos de cristal.
Cuando lo dejaban suelto, se iba al prado. Con su hocico acariciaba las flores rosas, azules, amarillas. Y cuando lo llamaban, cuando oía su nombre, ¡Platero!, acudía enseguida trotando tan alegremente que parecía que ser reía, que sonaban cascabeles.
Hoy en día aparecen en prensa, televisión o redes sociales, casos de animales maltratados o masacrados en manos de menores. A mí me entristece enormemente, y pienso,…
¿Sabrán de estas historias? ¿Se las contarían sus padres?
Pobres animales, … y pobres niños.
Espero que te haya gustado esta selección. Yo he disfrutado muchísimo y también me he emocionado recordándolas.
Los animales sienten como nosotros. Enséñaselo a los más pequeños.
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