Adolescentes de la nueva era: ¿estúpidos o admirables?

En días como hoy, donde me llega poco oxígeno al cerebro debido a la gripe, me entretengo de diversas formas enterrada entre los almohadones de la cama. Buscando información sobre unos productos y proyectos, no sé por qué llegué a las fotos de este adolescente ruso, de 19 años y ya todo un profesional de la fotografía aérea que utiliza una Eos Canon profesional (regalo de sus papás).



En la entrevista que le realizaron en un diario de Londres, él contaba que desde que era (más) chico le encantaba tomar fotografías desde arriba y un día simplemente comenzó a subirse a cuanta cosa podía, para realizar sus tomas aéreas. Luego de que sus amigos comenzaron a ver sus hazañas, los de estómago resistente comenzaron a apoyarlo y acompañarlo en sus cruzadas por los edificios más altos de Moscú, sin ninguna clase de protección ni arneses. Actualmente se cree que más de 300 jóvenes se dedican a hacer lo mismo que Alexander en Moscú, por el mero placer de jugar con el peligro y la (no- me-queda-muy-en- claro) buena o mala, adicción por la adrenalina y el planteo de nuevos desafíos.



Cuando descubro historias diarias como estas, no sé por qué lo primero que se me ocurre es pensar en qué clase de padres logran desarrollar esta clase de intrepidez en un niño ¿o es que ya lo traen en los genes?. Según Alexander mismo, este tipo de fotografía extrema lo aleja de vicios muy comunes en la juventud como ser las drogas y el alcohol, pues para lograr estas tomas, necesita la mente fría y los sentidos 100% alertas.



No sé ustedes, pero a mí de solo verlo, me da vértigo y una extraña intriga de saber ¿dónde está el límite entre lo estúpido e intrépido y lo valiente y admirable?

Almabrazo
Chestela

Fuente de fotos: Daily mail On line
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