¿Qué ocurrió? Que el pequeño llegó a los tres años y aún no había dicho ni una palabra, solo balbuceaba. Sonreía a menudo en plan tímido pero normalmente huía de todo el que se acercara y corría a ocultarse tras las piernas o brazos de la madre.
El resultado fue que el niño apenas había desarrollado la capacidad de hablar, en parte porque le dejaban solo mucho tiempo ya que se portaba tan bien, y en parte porque la hermana mayor, que le pasaba unos tres años, acaparaba sin quererlo toda la atención.
Por ello, es importante no sobrepasarse en los mimos hacia los pequeños, ya que son muy listos y aprenden enseguida que en cuanto lloran ya tienen a la madre haciéndole carantoñas, pero lo que tampoco se debe hacer bajo ningún concepto es dejarlos apartados en vistas de que “son tan buenos”, ya que el cariño y la atención que se preste a los hijos durante, muy especialmente, los 3 primeros años de vida, será determinante para su posterior desarrollo.
¿Y tú, piensas que los niños están excesivamente mimados o crees que es necesario darles todo el cariño que se merecen?
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