¿Estructu.., qué?? Bueno, si alguna vez te has cuestionado sobre por qué las cosas son como son y no son de otra manera, o más específicamente, te has hecho preguntas tipo: ¿por qué somos las mujeres quienes debemos encargarnos de la casa? ¿Por qué es el matrimonio monógamo (una sola pareja) el que prima? ¿Siempre fueron por amor los matrimonios? ¿Está mal si no me provoca tener hijos? O cosas similares. Esas son el tipo de preguntas que cuestionan las estructuras sociales existentes. Y eres el tipo de persona que disfrutará este post.
Cuando estaba haciendo mis investigaciones (vía google) encontré este texto que me hizo sonreír y pensar mucho: “El matrimonio es un chollo [éxito] para los varones: recientes investigaciones conceden un promedio de 10 años más de vida a los hombres casados que a los viudos, solteros y divorciados; los casados además presentan menos enfermedades. En el caso de las mujeres es al contrario: las mujeres solteras o divorciadas sin hijos viven más y más sanas que las casadas, que presentan el doble de enfermedades, sobre todo mentales” (Paloma GÓMEZ, 2001:80) [1]
O sea, ¿qué? ¿Todas aquellas que nos creímos el cuento de hadas y firmamos un papelito (o nos fuimos a vivir, para tal caso) con nuestro príncipe azul, estamos fritas? Y ¿los hombres, no? ¡¡Qué!! Sobre todo, porque somos nosotras las que nos bancamos casi al 100% la chamba del hogar (y no me digan que no, por favor). Precisamente, puede ser esta chamba extra la que nos quita salud. Aunque leyendo bien, no es todo culpa de los hombres. Parece que tienen que ver más los hijos, pues según el texto son las divorciadas o solteras sin hijos, quienes tienden a vivir más y más sanas y con menos enfermedades mentales.
Entonces, ¿Es el marido, o son los hijos los que inciden en que las mujeres presentemos el doble de enfermedades mentales según esta autora? Me inclino a pensar que es una mezcla de ambos. Pues, en nuestra sociedad un matrimonio no es concebido sin hijos, sin familia. Y el estrés que sufrimos las mujeres por ser las perfectas madres, esposas, amas de casa y profesionales mellan en nuestra salud física y mental. Estrés que no tienen ni las solteras, ni divorciadas sin hijos. Además, admitámoslo: los hijos dan un montón [un montón] de trabajo, y en muchos casos, los maridos también. O, ¿quién no ha escuchado decir (o ha dicho) que los maridos, son un hijo más?
Por otro lado, este estudio no está considerando que en primer lugar, las mujeres que optamos por este estilo de vida (madres y esposas a tiempo completo), ¿ya estábamos un poco más locas de arranque, y las enfermedades mentales son solo consecuencia natural?
Lamentablemente, este pequeño texto deja en el aire muchas preguntas importantes para poder llegar a una conclusión rigurosa. Y por más que busqué y busqué no he encontrado el texto completo de la autora, ni ningún otro texto que corrobore lo dicho. Sin embargo, abre la puerta a muchas preguntas y reflexiones en torno al matrimonio, la familia y los hijos. En sociedades como la nuestra, el casarse y tener hijos se hace de una manera irreflexiva.
Evitamos cuestionarnos si ¿de verdad todas queremos el pack completo: esposo e hijos? A la luz de los hechos, quizá debimos de optar por uno de los dos. Jajajaja Si por ahí hay alguna soltera o divorciada sin hijos, todavía está a tiempo. Bromas a parte, es interesante ver el mundo desde otra perspectiva. A mí, por lo menos de calma el saber que no todo debe ser (ni es) perfecto e igual.
[1] Juliano, Dolores: El mito del instinto materno. En: revista Mujeres y Salud