Un día se nos ocurrió probar, ¿qué tal si compramos una bandeja de cerámica y la decoramos para regalársela a la profe de mi hijo mayor y a la monitora del comedor? Después de la saga de las tazas decoradas, esta podría ser la evolución a un nivel mayor de creatividad.
Pues así lo hicimos… y el resultado fue espectacular.
Una bandeja para la monitora de comedor.
Y otra bandeja para la tutora de la clase.
Había mucha presencia de abejas porque la clase se llama así… jajajaja.
Dado el buen resultado obtenido, decidimos seguir con esta nueva saga de Bandejas Decoradas y han hecho unas cuantas más, entre ellas esta última como regalo a sus abus, en el que han intervenido los dos y sin ninguna ayuda de adultos.
Se empieza por elegir la bandeja a pintar. Hay muchas posibilidades en Ikea, Carrefour o cualquier espacio donde haya vajillas y otros elementos para la casa. Al adquirirla, se debe eliminar cualquier pegatina que tenga con códigos de barras y demás, así como limpiarla bien con un lavavajillas anti-grasa, para permitir que la pintura se pegue bien.
Los rotuladores usados son los de Edding para porcelana, que vienen con 6 colores diferentes en el mismo pack. Podéis encontrarlos en Amazon, Rotuladores Edding para porcelana
Solo hay que ir decorando toda la bandeja como ellos quieran. Además, ofrece mucha mayor superficie que las tazas y en una posición mucho más cómoda que la de las tazas.
Para pintar hacían turnos, para evitar que entre ellos se molestaran o pudieran borrar alguna parte del dibujo del otro, ya que, si está recién pintado, es posible emborronar la pintura simplemente deslizando el dedo o la mano.
Si hay equivocaciones, con un papel de cocina y un poco de alcohol de limpieza, podéis borrar la zona que no les guste, secar bien con un papel seco y volver a pintar.
Al terminar, se debe cocer al horno, tal y como indica las instrucciones de los rotuladores que uséis, que en nuestro caso era de 25 minutos con el horno precalentado a 160º, dejando que se enfríe directamente en el horno.
Los peques se emocionaron y pintaron hasta la parte de detrás de la bandeja. La verdad es que las veces que lo hemos hecho, quieren seguir pintando y no pueden parar! jajaja.
Es una actividad super creativa, divertida, original y que sirve de regalo a muchas personas, ya que llevan un poquito del alma y corazoncito de estos pequeños artistas.
¿Se os ocurren otras alternativas con este tipo de rotuladores?
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