El estrés es un estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal, y que suele provocar diversos trastornos físicos y mentales. El estrés puede ser causado por situaciones percibidas como amenazantes o peligrosas. Pero también puede ser causado por un único evento, o por unas preocupaciones acerca de un asunto en concreto , o por una serie de pequeñas cosas que nos hacen estar preocupados constantemente.
Hay varios tipos de estrés, los más usuales son el estrés agudo, causado por una situación concreta que hace que el corazón lata de forma más rápido y que aumenta la presión arterial. Con el estrés agudo la respiración se vuelve más difícil, las manos comienzan a sudar y la piel se vuelve fría y húmeda. Este tipo de estrés puede presentarse de forma puntual.
En cambio, el otro tipo de estrés es el crónico. Afecta de forma continua y puede causar depresión y cambios en los ritmos de sueño y vigilia. Incluso puede provocar una disminución de la resistencia del organismo a las enfermedades.
¿Puede el estrés causar infertilidad?
Es muy poco probable que un cuadro de estrés derive en infertilidad. Es cierto que las mujeres (y los hombres) que se enfrentan a una situación de infertilidad presentan un cuadro de ansiedad y estrés elevado, pero lo cierto es que no hay pruebas que relacionen el estrés con la infertilidad. Es decir, no se puede decir ni asegurar que la infertilidad sea causada por el estrés,. Pero, si que se ha demostrado que un elevado estrés en la mujer, puede conllevar alteraciones en los niveles de hormonales que afectan a la ovulación. Y, por lo tanto, retrasar o adelantar el periodo de fertilidad.
Y la infertilidad, ¿puede provocar estrés?
Es muy probable que si. Las parejas que no pueden tener hijos están sometidos cada mes al estrés: si en el primer intento buscando tener un hijo no tiene éxito, deberemos esperar otro mes. Si el segundo tampoco surge efecto, otro mes… y así repetidamente siendo estos tiempos de esperar, cuyos resultados no acompañan, los que van generando más y más estrés no sólo en la mujer sino también en la pareja.
¿Porqué es estresante la infertilidad?
Muchas parejas planifican sus vidas de forma cuidadosa. Una planificación que muchos habremos hecho. Ahora es momento de viajar, ahora nos casamos, ahora progresamos profesionalmente y ahora queremos tener nuestros hijos.
Es en este último paso, y cuando no se cumple el objetivo, cuando empiezan a aparecer los “fantasmas de la infertilidad”. ¿Y si no soy fértil? ¿Qué pasará? ¿Cómo podré quedarme embarazada? ¿Porqué a mi? ¿Porqué ellos tienen tres hijos y yo no puedo tener ni siquiera uno?
Preguntas que nos bombardean continuamente y que van añadiendo ansiedad, nerviosismo y estrés en nuestro cuerpo.
Por desgracia esto no será el único momento en que se produzca estrés. No poder conseguir el sueño de ser padres, a pesar de toda la voluntad puesta en ello, nos generará ansiedad y estrés, a la que habrá que sumar los exámenes y tratamientos para la infertilidad que nos afectarán física, emocional y económicamente.
La infertilidad también puede ser un motivo de distanciamiento entre las parejas. Las visitas al especialista, las ausencias en el trabajo u otras actividades y, en algunos casos, ocultarlo a nuestro círculo de amistades.
Cómo reducir el estrés
Para reducir el estrés y la ansiedad el mejor remedio es hablarlo. Háblelo abiertamente con su pareja. Hable con otras personas con su mismo problema. Cuénteselo a su amiga más cercana. Le apoyará y le dará consejos siempre útiles.
No esconda este tema a nadie de su circulo que pueda ayudarla. No se trata de contarlo a los cuatro vientos, pero si de darse cuenta de que no se está solo. Hablar con otras personas con el mismo problema nos ayudará a sentirnos mejor.
Practicar yoga, meditación o acupuntura, son otras técnicas que nos ayudarán a mejorar nuestro estado de ansiedad. No tomar productos con cafeína ni otros estimulantes. Hacer ejercicio regularmente para aliviar la tensión física y emocional, también podrá ayudarnos a mejorar. Pero, sobretodo, hablar con la pareja y buscar apoyos en nuestros círculos más íntimos y cercanos, serán nuestro mejor apoyo.
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