Hace ya unos días que es posible descargarse la segunda edición de mamiconcilia en la que participo con mi testimonio pero no he tenido tiempo de contarlo hasta hoy.
Fue algo impulsivo, como casi todo lo que hago, pero que lo hice porque necesitaba sacar la espinita que tengo dentro. Fue un testimonio que no me costó nada escribir. Es lo que siento. Lo que siento yo y muchas madres y padres cuando tienen que conciliar su vida laboral con la familiar. Es muy bonito lo que te cuentan en la tele y todas esas ayudas tan guay que te dan, pero luego te tienes que buscar la vida tu solita y pidiendo ayuda de familiares y amigos para poder llevarlo a cabo.
Una amiga me preguntaba ¿que si me siento tan culpable?. No sé si hay o no parte de culpa, pero lo que sí siento es mucha pena cada vez que mis hijos me reclaman y no puedo estar con ellos.
Es verdad que dentro de lo malo no tengo un mal horario pero aún así me pierdo y me he perdido muchas cosas. Y es algo que se podría mejorar, pero claro las cosas están como están.
Recuerdo perfectamente el momento de la vuelta a trabajar después de las 16 semanas de baja maternal que no dan para nada.
No quería separarme de mi hijo por nada del mundo.
Sé que hay quien necesita ese espacio y ese momento de vuelta al trabajo y que les viene estupendamente, pero a mi no me nacía dejar a mi bebe con menos de 4 meses para irme al trabajo. Tener que ajustar sus horarios a los míos y tener que ajustar los horarios de sus abuelos a los míos, para poder ir a trabajar o dejarlos en la guardería sin tener ninguna gana y además dejándome parte del sueldo.
¿De verdad esto es así?.
¿Tiene que ser así necesariamente y no podemos hacer nada por evitarlo?.
¿Tenemos que separarnos de nuestros hijos desde que son bebés porque no hay otra manera de hacerlo?.
¿De verdad que no se puede hacer NADA?
No me lo creo, no me lo quiero creer. Pero bueno no voy a entrar en eso.
Lo que sí quiero pedir y no suelo hacer es que leáis los testimonios y compartáis. Es necesario concienciarse de lo que ocurre. De lo difícil que resulta hacerlo. De lo que nos cuesta a los padres poder educar a nuestros hijos y poder hacerles felices y disfrutar de ellos. Esas jornadas interminables, ese estar pero no estar porque tienes el móvil entre las manos mientras arreglas asuntos de trabajo.
Luego nos extrañamos del comportamiento de nuestros hijos y nos preguntamos por qué se portan como se portan. Nos pasamos el día corriendo y metiendo prisa para poder llegar a todo. ¡Tenemos niños con 5 años que ya están estresados y que se quejan de siempre tener que ir corriendo!. ¿Qué va a ser de ellos cuando lleguen a nuestras edades? No quiero ni pensarlo. Llevan ritmo de adultos. ¿Qué estamos haciendo con su infancia?.
Me encanta ver esas familias en las que pueden pasar tardes enteras jugando, haciendo cosas juntos, disfrutando, con planes y conectando. ¿Cómo se hace eso cuando siempre tienes trabajo? Ojo y ahora me siento afortunada porque las tardes a medias y no siempre, puedo dedicarlas a mis hijos. Pero cuántas son las familias en las que uno o los dos padres se pierden un montón de cosas porque la jornada laboral es totalmente incompatible. Es así. Y claro que me siento muy afortunada por tener trabajo con los tiempos que corren pero ¿a qué coste?.
En casi todas las familias siempre hay uno de las 2 partes, el padre o la madre que hace un gran sacrificio y pasa muchas horas fuera de casa, eso si no son los dos. ¿Merece la pena?. Hay gastos, muchos, mil, pero.....
Tengo que aprovechar este post para agradecer a mis padres especialmente, su labor como abuelos, sin ellos no sé cómo lo haría. Estaré infinitamente agradecida. Los abuelos son la salvación de muchos padres que tienen mucha suerte y pueden contar con ellos. Pero otros muchos no tienen esa suerte.....
Podría pasarme escribiendo sobre el tema siglos pero hay 28 testimonios con el mio, que seguro que os llegan al corazón. La descarga es gratuita, podéis hacerlo aquí.
Fuente: este post proviene de Blog de Mamadeverdad, donde puedes consultar el contenido original.
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