En muchas ocasiones he comentado que una de las cosas buenas de no estar trabajando fuera de casa, siempre hemos de encontrar el lado bueno de las cosas, es el haber podido disfrutar de momentos con mi piojo que de otro modo hubiese sido imposible. Hoy ha sido uno de esos momentos, hoy teníamos taller en el cole: la mocadorà (pañuelada).
Mañana(hoy para ustedes), como cada 9 de octubre, se celebra el día de la Comunidad Valenciana y de San Donis (San Dionisio), patrón de los enamorados valencianos. Mañana los hombres y hombrecitos regalan a su enamorada un mocador (pañuelo) que envuelve coloridos dulces de mazapán que representan a las frutas y verduras de la huerta valenciana. A mí, mi pequeño enamorado me lo ha regalado hoy, je je je je...
Justo estos deliciosos dulces es lo que hemos hecho hoy en el cole. Hoy los peques dejaron a un lado los lápices, las fichas y la plaste para meter las manos en la masa. En la masa de mazapán, disfrutando viendo como cambiaba de color por el uso de los colorantes y la canela, probando los piñones y decorando con cariño las figuritas, que unas horas más tarde llevarían a casa.
Puedo asegurar que las mamis lo hemos pasado de fábula pasando unas horas con la seño y las hadas y magos (nombre de la clase del piojo). Unas horas en las que descubres (aunque yo ya lo sabía de primerísima mano, ja ja ja) que la docencia es, sin lugar a dudas, una de las carreras profesionales más bonitas pero agotadoras.
Puedo asegurar que si el piojo habla, sus 24 compis no se quedan atrás. ¡Dios mío! A estos los contratan de comerciales y, con tal de que se callen les compras lo que sea, así sea una sierra mecánica que jamás vayas a utilizar.
Yo no me he sentado con mi piojo, igual mi gen de profe prima por encima del de madre, he participado en casi todos los talleres del cole y nunca me he sentado con él. Lo bueno es que el piojo se lo toma de la forma más natural, cuando ha visto que no me siento a su lado, que elijo otros grupos o que en las salidas acompaño a otros peques...
Igual hay madres, que no entiendan mi forma de actuar, pero yo prefiero verlo desde la lejana cercanía, comportándose como es él y no mediatizado por ir de mi mano.
Besitos avainillados
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