¿Por qué los niños de ahora son tan eticosos?

No sé qué pasa con los niños de ahora que se han vuelto tan eticosos para muchas cosas. ¿Serán las múltiples opciones que hay? ¿Será que los consentimos mucho? ¿Será que tienen más información? O será el mío solamente...
Cuando mi hijo era chiquito, siempre decíamos que era buen pobre, porque no se hacía mucho problema con las cosas. Si no había su leche evaporada de siempre, podía tomar la roja o superlight sin problemas; incluso la fresca o de soya en cualquier marca o presentación. Sin azúcar ni chocolate. Ahora, es otra historia. Si su leche no tiene Nesquik o, por lo menos, cocoa y azúcar, la deja todita y no hay forma de conseguir que se la tome.


Antes, hasta pan solo se comía sin ningún reclamo. Ahora, que no le ponga mermelada solo mantequilla; que el huevo no me gusta; palta? puaj!, hamburguesa o hot dog por favor mamá.
Antes, los garbanzos se los comía con la mano, uno por uno, duritos, sin licuar. Ahora, ¿menestras? Aj, qué asco! Dame ketchup y mayonesa para pasarlo por favor!
Antes, podía comer cualquier fruta sin remilgar. Ahora me hace ascos al plátano y solo come manzana Fuji, porque es jugosa y durita, la Delicia es arenosa, la Israel es fea y la Royal tiene partes blandas. Ay que la uva o la mandarina tengan pepa y si el aguaymanto está un poco ácido, olvídense. ¡Ay cómo me hace renegar!
¡Mamá! Al colegio no me mandes pan con huevo, huevo duro ni ensalada de frutas con yogur, ni agua de carambola, puaj!
El pollo debe ser parte pecho sin hueso ni pellejo porque si su lengua entrenada detecta un jugoso pedazo de pierna, cual colador, lo saca inmediatamente de la boca, previa arcada claro está.
Mi delicioso locrito de zapallo lo come con asco, mala cara y un poco de ketchup -ahí yo soy la que tiene asco-, el puré de papas ni lo mira y el cau cau no ha vuelto a aparecer en mi mesa desde que sintió un pedazo de mondongo. Nada que sea blandengue, jugoso ni cremoso.
Lo más loco es que desde chiquito le he dado miles de discursos sobre comer lo que hay, porque si no come lo que le serví, no comerá nada más -lo cual siempre he cumplido sin nadita de pena-, y que hay tantas personas que no tienen qué comer que cómo es posible que no sea agradecido. Y lo peor es que tiene hambre ¡todo el día!
Y ni qué decir del aburrimiento. Sobre eso escribí un post completo hace más de un año (lo puedes leer aquí). No sé por qué todo les aburre, incluso 5 minutos después de levantarse de la cama. Creo que se despiertan aburridos y eso ya me está aburriendo a mí.
Eticosos para comer, eticosos para entretenerse, eticosos para... ¿así son los niños de ahora? O será que es el mío no más...
Fuente: este post proviene de Mamá quiero leche, donde puedes consultar el contenido original.
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