Te has preguntado recientemente ¿cuáles son las causas del alcohol en los jóvenes?Aunque en la cultura europea el alcohol está más que extendido a nivel social y es frecuente ingerirlo en diversos contextos y escenarios, el alcoholismo sigue siendo uno de los principales problemas que atañe gravemente a nuestra juventud.Hay que matizar que beber alcohol no implica ser dependiente del mismo, pero lo segundo va a ser una circunstancia inevitable a largo plazo, si la cantidad que se ingiere sobrepasa a lo recomendado la mayoría de las veces.
Pésimos datos
Los jóvenes, y en especial los adolescentes, que engloban a ese sector social entre la infancia y los 18 años de edad, son el colectivo más proclive a beber sumas desproporcionadas de alcohol y, a consecuencia de ello, tener problemas con él cuando rozan la madurez.Según estudios elaborados por la Organización Mundial de la Salud, los jóvenes que empiezan a beber antes de los 14 años desarrollarán con mucha mayor facilidad la dependencia a esta sustancia. Algo que parece sorprendente a priori, pero que está al orden del día.
Lo que les influye a la hora de beber
No existen, salvo excepciones, motivos específicos que invitan a los más jóvenes a beberse más copas de las que deberían. El problema es mucho más complicado y delicado de lo que parece pues, para empezar, no hay una ley que indique la cantidad de alcohol recomendado ni tampoco se sabe si la misma cantidad influye de igual manera en dos jóvenes de la misma edad elegidos arbitrariamente. Lo que quedan son los principios o normas morales que los padres inculcan a los hijos en los que el consumo de alcohol es un tema en muchas ocasiones contradictorio. Algunos psicólogos sostienen es que en muchas familias los padres intentan emitir el mensaje de que el alcohol es nocivo y de que no se debe abusar de él mientras, de manera muchas veces inconsciente, los padres contradicen esta norma mediante hábitos que constituyen un mal ejemplo para los hijos.
La familia y la publicidad, dos referentes
Uno de ellos muy típico es el rellenarse la copa varias veces durante un almuerzo familiar, por ejemplo. De este modo, el joven observa cómo sus principales referentes de autoridad, en este caso, su padre, se contradicen haciendo exactamente aquello que prohíben. No sólo los hábitos familiares influyen a la hora de consumir alcohol. Las campañas publicitarias que advierten de lo nocivas que son estas bebidas en los medios de comunicación, van precedidas por anuncios que invitan al goce y disfrute del mismo a través de diferentes marcas de bebidas. He aquí otro ejemplo de mensaje contradictorio.Otros motivos para beber
Los adolescentes se encuentran en una época de continuos cambios y de formas de conducta a veces incoherentes, generalmente para impresionar a su entorno y hacer creer que son más adultos de lo que son.El alcohol, el tabaco e, incluso, otras drogas son un ejemplo de ello. Según expertos, los jóvenes ven en ellos una manera fácil de demostrar que ya son mayores frente a sus semejantes. Es un arma de poder para ellos, que alimenta el ego y les cree hace que se diviertan mientras se jactan de su salto a la madurez.
Jóvenes, alcohol y tráfico
En nuestro país, el alcohol es una de las principales causas de mortalidad en los accidentes de tráfico y aunque es cierto que estas muertes súbitas han disminuido notablemente en los últimos meses, no hay que confiarse en ningún caso. La edad que permite sacarse el carnet de conducir por primera vez en España son los 18 años y, según expertos, es esta la edad más ‘peligrosa’ en cuanto al consumo de alcohol pues el adolescente, a pesar de rozar la mayoría de edad, sigue siendo inmaduro para tomar muchas decisiones y desempeñar funciones con responsabilidad y coherencia.Otro estudio publicado sobre este tema advierte que ya no hay dudas de que el consumo desmedido de alcohol provoca efectos nocivos en el cerebro de las personas a corto o a medio plazo. La gente tiende a asociar el deterioro físico o vejez, con los males cognitivos. Algunos de ellos son pérdida de memoria, falta de concentración, pérdida de audición o insomnio.
‘Jóvenes viejos’
Pero ya no sólo es en la senectud cuando perdemos facultades cognitivas. El alcohol, como la droga que es, supone que estos trastornos ataquen de manera precoz a la persona, si consume de forma frecuente y por encima del nivel recomendado durante años.Es en este sentido en el que psicólogos, médicos y educadores ponen en relieve la necesidad de que nuestros jóvenes sean más responsables y no vean en el alcohol un sinónimo de diversión asegurada. Los tiempos han cambiado y, con ellos, la sociedad y su comportamiento y limitaciones. Aunque existen leyes relativas al alcohol, como la que prohíbe su ingesta en la vía pública, lo cierto es que se vulneran fácilmente.El botellón, siempre presente
Los jóvenes siguen resistiéndose a pagar copas en locales y prefieren continuar con el famoso botellón que, entre todos, les cuesta mucho menos dinero y beben el doble o el triple. Tan sólo deben elegir el escenario del mismo o intentar beber en lugares escondidos o casas de amigos.En esta encrucijada en la que Ley, sociedad, familia y adolescentes, se ven entremezclados, parece que lo que queda claro es que el consumo de alcohol entre los adolescentes no disminuye sino que, en caso de no mantenerse, asciende con casi toda seguridad en nuestro país.