Ruido. Ruido. Ruido.

Ruido. Pasito. Paro. Ruido. Pasito. Paro. ¿Ruido? ¿Ruido? ¿Estás ahí? ¿Qué hago? Escuchando al ruido para despedirlo.
¿Para qué?
Para que el silencio me traiga nuevos sonidos o me permita escuchar lo que ya suena y a lo que no presto atención.
Quiero estar sorda como una tapia para centrar y desarrollar mis otros sentidos.
De veras!
Es muy productivo y revelador!
¿Cómo?
Primero, asumiendo que una gripe o estado de salud malo es una pu**** pero tiene una gran parte emocional por detrás y que, la mayoría de las veces, echamos la culpa al tiempo.
Segundo, asumiendo que hay que cambiar el formato “acelere” por el formato “calma” y eso no es sinónimo de ir a paso de tortuga. Que no! Desacelerar es avanzar con ritmillo sin empujones de prisa o bocinazos de estrés. Que noooo. Sé constante y consciente. Descubrirás que avanzas incluso más rápido que cuando vas acelerada y bajo presión.
Y tercero, si las personas que te rodean, te dicen todo lo contrario a lo que sienten o no son coherentes con tu forma de ser, pensar o incluso, tus valores, no hagas tuyas sus carencias ya que, lo único que lograrás será, agotarte, estresarte y dejar de escucharte a ti misma.
pasos
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