La juventud en lo físico, en lo que a años se refiere, es un lío.
Tienes la energía de los 20 cuando no sabes canalizarla y cuando lo que necesitas para aprovecharla es la sensatez de los 40. Eso es así.
Tienes el valor que da la inconsciencia y a veces, muchas veces, confundes una cosa con la otra y te pierdes en batallas vanas cuando sabes que te harían mucho más feliz otras empresas pero como aún no las conoces pues no sabes dónde buscarlas.
Siempre, siempre hay excepciones y muchas de esas excepciones lo son por los padres y madres que han tenido cuando eran niños los que ahora son jóvenes.
¿Qué no?
Yo creo que sí.
Es evidente que nuestra generación, la que acaba más o menos de cumplir los cuarenta, somos los que más tiempo llevamos siendo jóvenes ¡y lo que nos queda, oigan!
Pero por poner sólo algún ejemplo ¿cuántos jóvenes conocéis que disfruten con el mar, con la playa, con la puesta de sol en Benirrás, con el agua fría de Mundaka, con la arena oscura de Los Gigantes?
Muchos, muchísimos.
Lógico que uno es joven e inexperto en muchas cosas pero no es estúpido, o al menos no siempre y no todos… jejejeje
A mí me impresionan los que defienden la posidonia para poder seguir disfrutando en Benirrás o los que pelean por respetar la ola mágica de Mundaka o los que se dejan la piel para que el petróleo y las perforaciones no ensucien a Los Gigantes.
Pocas causas más nobles que defender el medio ambiente y pocas más adecuadas para que los más jóvenes empiecen a tomar conciencia de su poder que esas precisamente.
Porque hablan de su presente y sobre todo porque hipotecan su futuro.
Ser solidario medioambiental y cuando aún no se han cumplido los treinta me parece algo inherente a cualquiera con dos dedos de frente.
Es como ser padre y ser activista medioambiental, no tanto por mí como por mis hijos, una vez que están ellos aquí no hablo de mi planeta sino del suyo.
Pues cuanto más joven más fuerza le da la razón de que les estamos robando lo que sólo nos han prestado y no tenemos ningún derecho para hacerlo.
Asociaciones con las que colaborar hay muchas, desde Greenpeace, WWF, Seo-Birdlife,… y las formas para empezar a colaborar también son incontables, desde campamentos, excursiones, charlas, visitas y por supuesto la más sencilla: hacerse socio de alguna de ellas por menos de lo que cuestan esos pantalones, esas deportivas o esa camiseta.
Cualquier trabajo solidario, cualquier implicación en la que cualquiera de nosotros dejemos un poco de nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y nuestro patrimonio me parece perfecto pero que alguien dentro de la franja de edad que ahora se considera “joven” se plantee la defensa del medio ambiente me parece de una coherencia y una lógica aplastante e incontestable.
Es más que necesario que los dueños del planeta, nos paren los pies a los que estamos destrozándolo sin ningún pudor y sin pensar en su futuro, se ve que ese tesoro de nuestra propia juventud y de su próxima madurez nos importa bien poco, a menos que ellos nos lo echen en la cara con sus implicación, con su dedicación y con el descaro propio de su escasa edad.
Lo tienen todo a su favor, este es su planeta y su momento.
Sí, con este post participo en un reto, en un concurso en los III Premios al Voluntariado Universitario
¿Qué cuál es el premio os preguntais?
Para mí haber conseguido que alguno de los que hayáis leído este post o lo hayáis compartido, os hayáis animado a implicaros un poco más.
¿Nada más?
No, claro… hay dinero de por medio…
Si este post es de los elegidos, son 2.000€ los que podré destinar a una ONG para sus próximos proyectos, os imagináis ya a quién me gustaría poder dárselos teniendo en cuenta que sí, estoy pensando en mis hijos y en su planeta…
http://www.premiosvoluntariado.com/