Las necesidades básicas se refieren a la alimentación, el aseo e higiene, el sueño, etc. Son básicas para la supervivencia. Por otro lado tenemos las necesidades emocionales que se refieren al cariño y al afecto.
Normalmente se suele pensar que el vínculo de apego sólo se establece con la madre, y esto no es así. Esta relación se puede establecer también con los cuidadores principales, por ejemplo una abuela, una tía o cualquier persona que cuide regularmente al bebe.
Este vínculo es importante puesto que fomentará el desarrollo personal, afectivo y social del niño. Por esta razón el apego infantil tiene numerosas funciones:
Fomenta la salud física y psíquica a través de vínculos afectivos estables y satisfactorios.
Favorece el desarrollo de la comunicación y el desarrollo cognitivo: la figuras de apego proporcionan estimulaciones variadas adaptadas siempre a las capacidades de los niños, estimulan su curiosidad y deseos de exploración y evitan la saturación.
Favorece la interacción social: a través de la interacción el niño aprende conductas prosociales (abrazar, mirar, besar, etc) y desarrolla sentimientos de empatía que es la capacidad para evidenciar el estado emocional de los otros.El ser humano desde el momento del nacimiento necesita poder establecer vínculos afectivos con las personas de su entorno. Esta necesidad debe ser entendida como una necesidad original, no aprendida, tan básica y tan necesaria como la alimentación.
Si no se resuelve adecuadamente esta necesidad el ser humano se ve afectado psicológicamente y es más vulnerable tanto desde un punto de vista social como biológico. Por esta razón debemos ser conscientes de la importancia que tiene un adecuado establecimiento del apego ya que beneficiará al desarrollo integral del niño.
Viviana Villamayor Fleitas
(Psicóloga)
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