¿Que pasa cuando una madre se queda en casa "de Rodríguez"? Es decir, cuando es ella la que tiene que trabajar en verano y el resto de la familia está dándose chapuzones en la piscina o en la playa?
Estas son las 10 señales de que eres una #MadreRodríguez perfecta!!
1) Dormir del tirón: esto es el summun de los deseos maternales… no hay palabras para describirlo, es tan extraño que hasta te cuesta coger el sueño. Pero cuando lo coges, aaaah, cuando lo coges, de repente es de dia!!! Que ha pasado? Me han abducido? No, has dormido del tirón! Eso que se supone que deberían hacer tus hijos pero NO LO HACEN!
2) Te duchas tranquilamente sin interrupciones: ya no se trata de una ducha cualquiera, ya casi se convierte en una sesión de spa en casa, haciendo toooodas esas cosas que normalmente tienes que hacer en 5 min (o no haces porque no te da tiempo). Ahora tienes tiempo de mirarte en el espejo (mala idea), de pesarte en la báscula (peor idea aun), te pones champú, suavizante, mascarilla, te exfolias de pies a cabeza que parece que has mudado de piel como las serpientes, TE DEPILAS (muy importante!!!), te haces manicura y pedicura, te pones una crema específica para cada parte de tu cuerpo serrano (no aceite corporal de ese que te lo pones mojada porque así es más rápido, pero se queda la mitad en la toalla y vas brillando todo el día). Vamos, que sales de la ducha tan TUNEADA que no te reconoce ni tu madre, solo te falta que te salgan estrellitas relucientes del cuerpo como los dibujos animados…
La típica ducha de una madre by Mammasutra
Y después de semejante lustre toca… (ver punto 3 y 4)
3) Te peinas!! Sí, te peinas, porque lo que haces el resto de días es hacerte una coleta rápida ya que seguro no te ha dado tiempo a coger ni el secador (eso si te has conseguido lavar el pelo en los 5min habituales de ducha). No hablemos de alisártelo y planchártelo, eso solo es para las fiestas de guardar. Lo malo de esto es que al quitar la maraña de pelo descubres que tienes unas raíces kilométricas y toca tinte, así que excusa perfecta para ir a la PELUUUU!! Yeaaah! Y encima sin prisas, nadie te está esperando en casa ni martilleándote el WhatsApp con un “date prisa que los niños estan insorportables y llaman a su mami”. Reeeeeelax!
4) Te maquillas!! Siiii, por fin podemos dar rienda suelta a nuestras habilidades de transformación adquiridas en Youtube y quitarnos el “asalvajamiento” materno de cara lavada y recién levantá! Te acercas al espejo y descubres un sinfín de pelitos en sitios inesperados que denotan tu falta de observación en el espejo! Horror!! Y te pasas media hora con el espejito de aumento despojándote de tu look "bruja avería" y un poco mas atascas el desagüe, ainsss… pero lo peor de lo peor es ir a por el maquillaje y que esté caducado de lo poco que lo usas!! Noooooooooo, hoy precisamente noooo!!
Peeeeero, como no, es la excusa perfecta para salir de casa y… (ver punto 5)
5) Irte de compras! “No, si solo venía a por maquillaje y unos potinguillos”, pero te vas con medio centro comercial en el maletero del coche y la visa echando humo! Mujer, para una vez que puedes recrearte en cada tienda sin tener al niño berreando en el carrito y al marido echando chispas en el banquito exterior (punto de reunión de todos los maridos, obviamente). Hoy además estás pletórica porque vas luciendo “brilli brilli” en cada local, porque te has hecho un spa, te has peinado… bueno, no te has maquillado pero ya lo ha hecho la chica de la perfumería probándote todos los potingues que luego te has comprado para renovar tu neceser de maquillaje… estas ESTUPENDA, YEAAAH!
Lo malo es luego dar explicaciones cuando llegue el extracto bancario a casa, pero eso… eso ya lo discutiremos otro día, jajaja…
Libreeeee para ir de compras by Supersinglemami
6) La casa permanece limpia y ordenada durante días: Como no, llegas reventada de la maratón comercial y si de normal cada vez que pones un pie en casa te toca limpiar algo, ahora no hace falta!!! Increiblemente la casa sigue reluciente al día siguiente, no te tienes que herniar recogiendo juguetes del suelo a cada paso que das, no hay apenas ropa para lavar, no hay polvo porque no has abierto ni las ventanas (claro, has estado todo el día en el centro comercial)… así que, te rindes ante ese sitio desconocido para tu cuerpo que es el sofá!! Porque claro, normalmente estás tan reventada que te vas a la cama directamente… bueno, y si tienes chaise-longue ya toca hacer la ola!!
Toooodo para mi... (Revista El Mueble)
7) Ociosidad: como ya has aterrizado en el sofá no hay quien te mueva de allí (mi tesorooooo...). Asi que toca NOCHE DE PELIS ÑOÑAAAS! Siii, El Diario de Noa, Dirty Dancing, Grease, Love Actually... y ya que estamos las 6 temporadas de Sexo en Nueva York y las dos pelis (bueno, la segunda no que es malísima)!! Eso si no te duermes a la media hora, y es que son muchos años de sueño atrasado, aunque bueno, dicen que no se recupera nunca, pero da igual, la cuestión es dormir, lo que va por delante va por delante.
Tal cual... by Supersinglemami
8) Llegas mas pronto al trabajo: como no tienes interrupciones ni que hacer desayunos mas que el tuyo, ni repartir hijos entre colegios o abuelas, pues seguramente llegues hasta media hora antes al trabajo, INAUDITO! Tu jefe te hace la ola también... aunque esto, una vez que pasan los días, te relajas y pasas por los puntos 2-3-4, pues te confías y puede que llegues mas tarde que cuando tienes a la familia en casa. Que pronto se “malacostumbra” una al “slowlife” o sea, al reeeelax (o vaguear, vamos).
Podría seguir durmiendo en el trabajo...
9) Llamas o mandas mensajitos cada dos por tres para preguntar como están los niños: entre toooda esta rutina anterior es IMPOSIBLE que una madre no esté fundiendo el WhatsApp del padre preguntando si estan bien, si han comido bien, si se portan bien, que se ponga el niño al teléfono, que se ponga la niña, etc, etc... porque ya necesitas oir un tierno “hola mamiiiiiiii” aunque sea por teléfono y que te den muchos besitos! Y aquí es cuando sufres una regresión a tu adolescencia y te tiras una hora con el “cuelga tu, no cuelga tu, no tu, tu primero, no tu primero, a la una, a las dos a las tres... pero no ibas a colgar???” y así hasta que el padre de las criaturas te cuelga presa del hastío de la conversación con tus hijos o simplemente le agotas la batería.
"Te echo de menos, yo mas, no yo mas... (INFINITO)"
10) El silencio: Sin duda es la primera sensación y la mas significativa, pero he preferido dejarla para el final.
El primer día de “MadreRodríguez” abres la puerta de casa y nadie viene gritando “hola mamiiiiiiiiiiiiiiii”, solo el chirriar de la puerta y el portazo una vez dentro. En ese momento tu cuerpo y cerebro se sienten totalmente desubicados, algo no funciona, está claro, esto no es normal… y en realidad, el corazón de una madre lo echa de menos.
Al rato ya piensas que realmente mola, nadie grita, nadie llora, nadie te llama constantemente cada 2 minutos y piensas “siiiii, reeeeelax”… pero al cabo de unas horas te topas con el cuento musical de tu hijo (si, ese que siempre se dedica a presionar la misma tecla con la misma musiquilla en bucle), y no puedes resistirlo, tienes que apretarlo tu también una y otra vez! Lo sé, es irracional, pero a la mente de una madre hay que alimentarla de vez en cuando para que pueda digerir el “mono” de la abstinencia sonora…
Esta situación empeora exponencialmente a mas días de “MadreRodriguez” que pases... y es que, en el fondo (o no tan en el fondo), ya no podemos vivir sin nuestros hijos…
Ser madre no tiene regresión, semejante metamorfosis no se puede deshacer, anular, extirpar… estamos vinculadas a ellos de una forma tan interior, tan animal, que cuanto mas tiempo libre tenemos, mas les echamos de menos…
(momento lagrimilla...)
... hasta que vuelven a casa, la ponen patas arriba, nos acosan en la ducha y nos gritan MAMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII (INFINITO), jajajaja!!!
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