El impacto de las emociones en el aprendizaje

Cuando se habla de aprendizaje pocas veces se toma en cuenta un factor que juega un papel de gran importancia: las emociones. Las planeaciones del nuevo modelo educativo suelen concentrar sus esfuerzos en técnicas de aprendizaje y temas específicos que los alumnos deben conocer, pero no dedican un espacio particular para abordar del tema de cómo impactan las emociones en el aprendizaje.

De acuerdo con algunos estudios se ha demostrado que la memoria está asociada directamente a una emoción. A lo largo de la vida escolar los niños aprenden muchas cosas, todo niño pasa por planeaciones de tercer grado, sexto, secundaria y muchas más pero sólo aquel aprendizaje que se liga a una emoción es el que suele perdurar.

La memoria de largo plazo se presenta cuando una situación determinada despierta las emociones del niño y entonces en el cerebro se desarrolla un proceso de sinapsis, que es la conexión entre las neuronas, y los recuerdos son tan fuertes que perduran una gran parte del tiempo o se vuelven de por vida.

En el entorno escolar es muy probable que un niño no olvide aquellas experiencias negativas cuando era molestado, así como experiencias positivas cuando un profesor enseñaba con gran entusiasmo.

Es por ello que los niños deben aprender en ambientes motivadores ya que éstos los predispondrán a tener un mejor aprendizaje y que éste sea más duradero. Contrario a lo que ocurre en ambientes estresantes o agresivos donde el niño no podrá concentrarse y por lo tanto lo que aprende lo olvidará al poco tiempo.

Para tener un buen aprendizaje el niño debe estar exento de distracciones que lo pongan en un estado de estrés, por ejemplo, si al pequeño le preocupa que llegue la hora del recreo porque lo molestan difícilmente podrá centrar su atención en lo que está aprendiendo ya que estará más preocupado por la situación futura.

El estrés tiene un efecto negativo en la forma en la que las neuronas se comunican y afecta el proceso relacionado con la memoria y el aprendizaje. El ambiente en el que se imparte la educación debe ser positivo y creando lazos de colaboración. Cuando un niño aprende con sentimientos de alegría y felicidad hay mayores probabilidades de que se tenga un aprendizaje de largo plazo.

Existen diferentes técnicas de enseñanza que se pueden enfocar en fomentar la participación activa y generar emoción en los estudiantes, por ejemplo, pedirles que impartan una clase de un tema que a ellos les guste mucho y del cual sean expertos.

Fuente: Pixabay

 
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