El momento del parto es uno de los más esperados por los padres, ya que es el instante en el que por fin podremos ver el rostro de nuestro hijo. No obstante, resulta también una de las causas que genera más ansiedad en las madres, pero no tiene porqué ser así. Actualmente dar a luz no tiene que ser considerado como un momento complicado pues en los países desarrollados se disponen de todos los medios para que el parto se desarrolle con normalidad.
¿Para qué se usa la homeopatía en la preparación al parto?
La homeopatía es un método terapéutico que se emplea en la preparación al parto así como durante el embarazo, en el postparto y durante la lactancia.
Los medicamentos homeopáticos se usan para mejorar la eficacia de las contracciones y disipar los posibles miedos que pueda tener la futura madre.
Normalmente cuando se constata que ha comenzado la dilatación del cuello del útero se suele administrar algún medicamento homeopático que alivie la ansiedad propia del momento del parto. Esto ocurre cuando las contracciones uterinas se hacen regulares, es decir, cada cinco o diez minutos, siendo la intensidad creciente. La toma se suele repetir según necesidad y el estado en que se encuentre la mujer.
En el caso de que se tenga que realizar una cesárea la homeopatía es también útil, ya que como hemos indicado ayuda a controlar la ansiedad, un trastorno que puede aparecer ante la práctica de esta intervención quirúrgica. En estos casos el tratamiento homeopático suele comenzarse ocho días antes de la operación (cinco gránulos por las noches, suele ser la posología recomendada).
Después de la expulsión de la placenta también se puede administrar algún medicamento homeopático cuyo principio activo se base en Árnica montana con objeto de evitar hemorragias o agujetas.
Si nos han practicado una episiotomía, es decir, una incisión en el pirineo que se practica para facilitar la expulsión del niño con la intención de evitar el desgarro, se puede recurrir también a la homeopatía para favorecer la cicatrización.
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