Hoy es fiesta en el colegio de mis hijos y tenemos por delante un fin de semana largo que vamos a aprovechar para ir de camping. Esta mañana, mi hijo mayor que tiene 7 años recién cumplidos, después de desayunar estaba viendo la tele cuando de repente, a las 9 más o menos me ha preguntado si podía hacer ya la maleta. “¡Claro!” le he dicho….y entonces se ha levantado muy decidido a prepararse su ropa. Así que le he dado su maleta y ni corto ni perezoso se la ha llevado a su habitación, me ha preguntado cuántos días nos íbamos y ha empezado a calcular la ropa que iba a necesitar. Le he sugerido que llevase camisetas de manga corta y alguna de manga larga por si cambiaba el tiempo y que pusiera 3 cosas de cada…… En cinco minutos tenía hecha su maleta.
Entre tanto su hermano también ha dejado de ver la tele y se ha ido a la habitación porque también quería preparar su maleta y cuando me he querido dar cuenta eran las 9:15 de la mañana y la ropa de los niños ya estaba preparada sin que yo ni su padre hubiésemos tenido que mover ni un dedo! …mola….. Y al parecer el mayor había ayudado a su hermano a prepararla.
Ante esto, lo único que he hecho ha sido decir “Qué guay, ya están hechas vuestras maletas”. He mirado desde lejos las maletas (que estaban abiertas en el suelo) y les he preguntado si el peque había cogido la ropa interior y una sudadera por si acaso (puesto que veía un poco vacía la maleta). La respuesta era que no, la hemos cogido y listo. No me he puesto a supervisar ni a mirar una por una las piezas que habían metido dentro, simplemente he confiado.
Mi hijo cortando patatas para hacer una tortilla…. la verdad es que terminamos mucho antes con su ayuda…;)
Ocasiones como éstas, en las que los niños toman la iniciativa y hacen cosas que pueden parecernos difíciles para que las hagan ellos solos, son buenas oportunidades para demostrar a nuestros hijos que confiamos en ellos, dejarles espacio para aprender por sus propios medios y permitir que su sentimiento de capacidad crezca. No hace falta felicitarles, no hace falta alabarles….la verdadera motivación está dentro de ellos, que saben que son capaces de hacerse sus propias cosas y se sienten orgullosos por haberlo hecho solitos. Sólo hay que mirarles la cara.
El sentimiento de capacidad que se genera cuando uno hace las cosas por si mismo y toma sus propias decisiones frente a qué hacer, es lo que nos ayuda a que la confianza en nosotros mismos y, por ende, la autoestima, se desarrolle saludablemente.
La verdad es que para mi es muy liberador que los niños vayan encargándose de sus cosas cada vez más y no me cuesta mucho trabajo no intervenir cuando los niños se encargan de sus propias cosas. El sábado pasado, sin ir más lejos mi hijo mayor dijo que iba a prepararse el solo la merienda. ¡Perfecto! Ya sabe dónde esta la cocina….. y yo me quedo leyendo un poquito más….. Volvió con un sandwich de 4 pisos, de nocilla y cortado en triángulos. Tubo que comer el sandwich en dos tandas pero ¿qué más da? Que el sandwich era de nocilla y no es lo más saludable precisamente….vale, pero es que si la encontró es porque en casa había (si me iba a poner tiquismiquis con eso pues la solución está clara…no la compro y listo, pero vamos que para mi no es preocupación porque en casa la compramos una o dos veces al año como mucho….). Otra oportunidad en la que mi hijo experimentó la sensación de ser capaz, especialmente la sensación de cuidar de si mismo, de no depender de otro; y una oportunidad en la que yo pude practicar el no intervenir, el no señalar ningún error y, simplemente, dejarle disfrutar de su logro.
Reflexionando un poco sobre esto puedo comprobar dos cosas:
Uno. Que tratar a los niños bajo el paraguas de una educación respetuosa y permitirles tomar decisiones sobre su propia vida desde bien pequeños ayuda a los niños a ser autónomos, capaces y más responsables de sus cosas.
Dos. Que los niños tienen la capacidad innata de adquirir por si mismos las habilidades que tanto deseamos los adultos adultos que tengan.
No sé si existe “la clave” de la educación, dependería de cuál fuese nuestro objetivo… pero me atrevería a decir que, si existiera, estaría mucho más en lo que No hacemos que en lo que sí hacemos. Los niños son capaces de dar lo mejor de si mismos, todos venimos a este mundo a hacer el bien, y la intervención inadecuada puede desviar ese capacidad innata de desarrollarse plenamente y equilibradamente.
No es lo que les hacemos o lo que les decimos a nuestros hijos lo que hace que su autoestima se desarrolle adecuadamente. Todo lo que hacen por si mismos y el sentimiento de ser capaces de resolver las adversidades es lo que permite a los niños desarrollar la confianza en si mismos y de esa manera fortalecer su autoestima.
¿Quieres ayudar a tu hijo a desarrollar confianza y autoestima? Permítele hacer cosas por si mismo tomar sus propias decisiones.
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¡Muchas gracias!
Nuria.
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