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Bullying: consejos para ayudar a tus hijos o alumnos

El acoso infantil es algo a lo que ningún padre desea enfrentarse. Vamos a hablar de ello gracias a la reflexión que nos proponen de este blog.
   

 Bullying:

Consejos para ayudar a tus hijos o alumnos

¿Qué es el bullying?

Para empezar, la palabra bullying no aparece en el diccionario de la RAE. Lo que sí aparece es “acoso escolar”, que lo definen como “en centros de enseñanza, acoso que uno o varios alumnos ejercen sobre otro con el fin de denigrarlo y vejarlo ante los demás”. El único problema con esta definición es que no es completa. Un acoso puntual no es bullying. El bullying es una agresión física o verbal que se repite en el tiempo y en la que existe un claro desequilibrio de poder. Por esta diferencia entre conceptos, en esta entrada nos referiremos al bullying, por ser lo que realmente nos preocupa en estos momentos.



¿Por qué se produce el bullying?

Existen diferentes tipos de acoso, según dónde y cómo se produzca éste (escolar, laboral, online); pero lo que nos interesa esta vez es entender el bullying en el entorno escolar, por qué se produce y cómo ayudar a los que lo están sufriendo; por lo que nos centraremos en un acoso repetido en el tiempo, en entorno escolar y con desigualdades de estatus entre bully (acosador) y bullied (víctima).

Lo primero que nos tenemos que preguntar a nosotros mismos es lo siguiente: ¿cuándo nos sentimos más vulnerables, cuando estamos rodeados de amigos o familiares o cuando estamos solos? Efectivamente, cuando estamos solos o, más importante aún, cuando nos sentimos solos, es cuando más vulnerables nos encontramos. Las víctimas del bullying están casi siempre solas, o se lo sienten; lo que les hace, por un lado, un blanco fácil (a menor número de amigos, menor resistencia ante las injusticias), y por otro, sentirse cada vez más aislados, más vulnerables y más débiles ante el bully.

El bully, por otro lado, es más poderoso socialmente hablando, suele estar rodeado de “cómplices”, que, aunque no hagan nada de forma directa, les ríen las “gracias”, les otorgan más poder y les “arropan” y justifican la mala conducta. El bully no siempre es alguien que sufre en casa o que ha sufrido bullying antes, aunque en muchos casos existe alguna razón que le hace necesitar descargar su rabia con los demás. Aunque el bully no tiene empatía, es decir que tiene dificultades para entender cómo se sienten los demás, se siente triunfal al ejercer su poder ante el acosado. Es su manera de demostrar que es el “alfa” de la clase/ curso/ colegio. Y no necesariamente es a su vez la víctima que vuelve a casa para sufrir en sus carnes el abuso que ejerce en el centro.

Los bullies que no han sido víctimas de bullying con anterioridad, son niños/ adolescentes/ adultos con muy baja tolerancia a la frustración, con una poderosa autoestima, con problemas para empatizar con los demás y con una tendencia a considerar como provocativas casi cualquiera de las reacciones de sus víctimas. Confirman su posición social, por un lado, mediante esas acciones negativas hacia otros, y por otro, mediante las reacciones positivas que genera en los que le admiran.

Los bullies que han sido víctimas de acoso con anterioridad suelen mostrar mayor agresividad que aquellos que no han sido víctimas del bullying. Suelen ser menos populares, fastidiados por sus hermanos o ignorados (o incluso maltratados) por sus padres, y suelen tener una familia de bajo nivel socioeconómico.

Los “cómplices” del bullying, los que observan la situación sin intervenir, suelen sucumbir a la presión social y apoyar al bully por miedo a convertirse ellos mismos en víctimas de éste si no están de su lado. Pero, al ignorarlo, están promoviendo este abuso; en vez de ponerle fin. El rol y el comportamiento de estos cómplices es clave para detener el bullying.

No sólo la agresión física o verbal es bullying

Hay muchas cosas que hacen daño a los demás, aparte de insultarles, inventar rumores, ponerles motes hirientes o la agresión física de cualquier tipo. Un niño que se siente ignorado por sus compañeros de clase, está sufriendo, y mucho. Un niño que siempre es el último en ser elegido en los equipos (porque quizá el deporte no es lo suyo), o del que se quejan cuando toca en un grupo de trabajo, se siente fatal e insignificante. Ser el único al que no invitan a la fiesta o al plan de la clase, es muy hiriente. Que tus compañeros cuchicheen y susurren cosas entre ellos delante de ti, te hace sentir que no eres suficientemente bueno.

Por favor, papis, profes: estad atentos y no favorezcáis estas actitudes. Hablad con la víctima pero también con los que lo excluyen. Si algún niño me está leyendo: no caigáis en esto tampoco, cualquier forma de hacer que alguien se sienta excluido, de forma repetida, es también bullying.



¿Cómo prevenir el bullying?

Un niño que es capaz de ponerse en el lugar de otro, tiene muy pocas posibilidades (por no decir ninguna) de convertirse en acosador. Un niño al que se le habla con respeto, al que se le escucha y se le presta atención, hará lo mismo con sus compañeros. Un niño que practica deporte y lleva una vida activa y saludable, tiene menos probabilidades de sentir rabia y agresividad.

¿Conclusión? Criar niños emocionalmente sanos en vez de niños que necesitan abusar de los demás para sentirse bien está en nuestras manos. Desde el principio, desde el día en que nacen, debemos hacerles conscientes, no sólo de sí mismos, si no del mundo que les rodea y de las personas que les rodean. Hacerles partícipes de nuestros propios sentimientos (explicándoles, por ejemplo, que cuando nos ven llorar es porque estamos tristes y no pasa nada),para que los entiendan y comprendan que es normal sentir diferentes tipos de emociones según la circunstancia; enseñándoles a expresar su rabia de forma que no hieran a nadie (golpeando una almohada, rompiendo una hoja, o mejor: montando en bici o saltando en la urbanización…); educándoles a ponerse en el lugar de los demás y permitiéndoles a ellos crear una solución o remedio en caso de que agravien a un compañero o un familiar (ya sea de su edad o adulto).

La mejor prevención, como en todo, es dar buen ejemplo y una educación llena de valores e inteligencia emocional.

¿Cómo detener el bullying?

Ahora que tenemos más o menos claros los roles y cómo funciona este tipo de acoso, intentaremos centrarnos en, una vez que existe el problema, cómo resolverlo.

En el bullying existen diferentes roles, como ya hemos dicho antes. Empezaremos con los cómplices, por tratarse del rol clave en una situación de acoso escolar.

Cómplices activos“: Los que ven la situación y animan al bully, son bullies también, por lo que, en caso de que sospechemos que nuestros hijos se hallan en esta situación, deberemos hacerles pensar en cómo se siente la víctima; en si les gustaría a ellos estar en su lugar, o si les gustaría que su mejor amigo o su hermano lo estuviera.

Los asistentes pasivos (los que no hacen ni dicen nada) son cómplices también, pues “quien calla otorga”, dándole al bullying más fuerza y apoyo. Éstos son la pieza clave para desmontar la situación de bullying. Probablemente se trate de niños que sí padezcan a la víctima y se den cuenta de lo injusto de la situación, de ahí que sólo callen y no alienten al bully. Son ellos (junto con los posibles “reconvertidos” cómplices activos) los que deben posicionarse en contra del bully. Son ellos (suele haber más de una persona) los que deben equilibrar la balanza a favor de la víctima. A veces por miedo no han reaccionado, pero tienen que ser conscientes de que, si no hacen nada, están haciendo bullying al permitir que suceda. Son varios, y si no, deben buscar a más gente. Y estando en grupo pueden enfrentarse al bully sin temer que éste reaccione de forma agresiva, pues no se va a enfrentar a toda la clase. Hay que hacerle ver que el que está solo es el acosador, no la víctima. “Todos a una”.

Es difícil, lo sé, pero debemos concienciar a nuestros hijos de que, cuando una persona sufre, sobre todo por una situación injusta, debemos hacer algo, aunque sea un pequeño pasito, para poner fin a esta situación.



¿Cómo detectar si nuestro hijo o alumno está sufriendo bullying?

Bueno, esto sea quizá lo más complicado de todo… Pero reconocer las señales de que nuestro hijo o alumno está sufriendo bullying es el primer paso hacia ponerle fin a esta situación. Hay que buscar cambios en el comportamiento del niño, y ser conscientes de que no todos los niños exteriorizarán su sufrimiento de la misma manera.

Algunas de estas señales podrían ser:

malestar generalizado, falta de apetito, dolores de cabeza y de tripa constantes… A veces son reales y a veces fingidos… Pero no porque quieran, si no porque somatizan el dolor interior en dolor exterior… Muchas veces se sienten mal por las mañanas para no ir al colegio (y es que se sienten mal de verdad porque lo están pasando mal de verdad).

dificultad para dormir por las noches, o continuos despertares y pesadillas.

heridas o moretones inexplicables, roturas constantes en la ropa o en el material escolar.

bajada en sus notas, falta de motivación y negación a trabajar en proyectos con otros compañeros

pérdida de autoestima

juega solo en el recreo, se acerca sólo a hablar con profesores y se pasa los cambios de clase en el pasillo (esto es en caso de que seas docente).

sentimientos muy negativos acerca de sí mismos, comentarios acerca de lo dura que es la vida… Pueden llegar, en casos extremos a hacerse daño a sí mismos y a pensar en el suicidio como única solución (desafortunadamente, hay muchos casos de bullying en los que este es el resultado final).



¿Qué hacer si tu hijo o alumno es el acosado?

La víctima: hay muchas cosas que el acosado puede hacer. Los estudios demuestran que lo que el bully busca es una reacción por parte de la víctima. Tener esto claro es fundamental. Por otro lado, la víctima se siente, en la mayoría de los casos, sola, insignificante, triste… Desearía no tener que ir al colegio y a veces, desearía hasta desaparecer. Se trata de un sentimiento depresivo, del que no ve salida.

Pues bien, observando y ayudando a mis alumnos, y como ex-víctima del bullying, creo que los siguientes consejos podrán ayudaros.

Trabajar su autoestima: somos víctimas fáciles si nos creemos inferiores y nos cuesta querernos a nosotros mismos. En mi caso (y es algo que recomiendo siempre a mis alumnos) escribí una lista con las cosas buenas o talentos que tenía. No me fue fácil, como ya os he dicho, la baja autoestima no te deja ver lo que haces bien. (Cambio de tono como si hablase directamente con la persona a ayudar):

Empieza por pequeñas cosas, quizá no muy importantes:

“me gusta mi pelo largo

me gusta escribir

me gusta el lunar junto a mi boca

se me da bien nadar.”

Aunque sea así de simple, escríbelo y pégala en el espejo de tu baño o en el interior de la puerta de tu armario. Elige un lugar que veas todos los días por la mañana antes de ir al colegio/ instituto, y léela en voz alta cada día. Deja un bolígrafo cerca, para que puedas escribir cualquier cosa que quieras añadir a esa lista. Verás como la lista crece y tu autoestima también. NUNCA escribas nada negativo en esa lista.

Busca amigos nuevos: apúntate a clases de algún deporte, de pintura, de música, de natación… Si puede ser de algo que te guste y se te de bien, aún mejor. Tendrán tus mismos intereses y estaréis mejorando juntos. Si encima pueden ser clases extraescolares en tu centro o clases de la comunidad en tu barrio, aún mejor. El bully NO puede estar en el grupo al que te vas a apuntar.

En el centro, o en el lugar donde se produzca el acoso, intenta no estar solo en ningún momento. Habla con compañeros de otras clases, con profesores, haz uso de la biblioteca… Evita un encontronazo a solas con el bully. Si eres capaz de encontrar un grupo de amigos que te acepten como eres, que compartan tus aficiones, o con los que te sientas a salvo, mejor que mejor.

Recuerda también que muy probablemente haya otros niños en tu misma situación: niños que no encajan en su grupo o clase, niños que juegan solos, niños que sufren bullying también… ¡Únete a ellos! Para empezar, ya tenéis algo en común: el sentimiento de soledad. Para continuar, al acompañaros mutuamente, ninguno de los dos estará solo más. Abre tu mente: da igual si son o no de tu clase, curso o si son niños o niñas. El grupo hace la fuerza.

No le des lo que quiere: Ignórale. Lo sé, es difícil. Pero recuerda que el bully espera una reacción (tu enfado, tus lágrimas, verte triste y solo…). No se la des. Sea lo que sea que te haga o te diga, tú vas a levantarte, y a irte con la cabeza bien alta y una mini sonrisa. Por favor, créeme y hazme caso. FUNCIONA. El bully tiene que ver que ya no te afecta (si después de irte triunfalmente, necesitas ir al baño a desahogarte, muy bien, pero no le des la satisfacción de hacerlo delante de él).

Intenta olvidarte del bully, e intenta que te vea jugar y reírte con tus (nuevos) amigos sin prestarle atención. Y si, aun así insiste, te busca o te persigue: recuerda: vete de allí y dirígete hacia algún lugar seguro o hacia alguien en quien confíes.

No caigas en sus trampas. Esta situación tiene un final feliz, pero el bully no va a pasar de ser tu enemigo a ser tu mejor amigo. No confíes en él del todo hasta que no te lo demuestre de verdad. Muchas veces, traman estratagemas para engañarte, que te relajes y hacerte daño otra vez. ¡Cuidado! Dale una oportunidad, pero no permitas que de buenas a primeras te desarme del todo.

Busca alguien con quien hablar: no tiene porqué ser tu tutor, tus padres o el orientador escolar. Piensa en algún ADULTO en quien confíes y creas que te puede ayudar y cuéntale cómo te sientes. Quizá tengas miedo de que tus padres llamen al centro y empeoren las cosas. Yo en eso tenía suerte, podía confiar ciegamente en mi madre y sabía que, si se lo pedía, ella no llamaría al colegio. Si tienes dudas, ya habrá tiempo para contárselo a ellos, pero busca a algún adulto en quien confíes y creas que puede darte una visión con perspectiva de las cosas.



Hay veces que te sientes avergonzado de esta situación, aunque la víctima seas tú. No tienes porqué, tú no estás haciendo nada malo y hablar con alguien adulto te va a hacer ver las cosas desde otro punto de vista. Si el adulto al que acudes no te sabe ayudar, busca a otra persona; pero nunca combatas el bullying solo, es mucho más difícil.

Si no encuentras a quién acudir, hay muchos números de ayuda a los que llamar. En España el numero es el 900 018 018. Utilízalos si no tienes claro con quién hablar. Será una llamada anónima y podrán darte pasos a seguir y ayudarte en cualquier momento. La llamada es gratuita, es atendida por profesionales y no vendrá reflejada en la factura telefónica. ¡Privacidad total!

No tomes venganza: No cometas el error de superarlo mediante hacerle lo mismo a otras personas, o al mismo bully. Se dan muchos casos de ex-víctimas de bullying que hacen bullying a otros después. ¡No caigas en esto, por favor! Acuérdate de lo mal que te hacían sentir a ti y de los pensamientos destructivos que tenías. Y tampoco permitas que otros a tu alrededor le hagan la vida imposible a otros compañeros. Conviértete en espectador reactivo anti-bullying, pero nunca en cómplice.

Recuerda:

Esta mala época pasará. La vida es lo que te queda por delante, y está llena de planes y cosas maravillosas como estudiar lo que te apasiona, crear un lugar para vivir que puedas llamar hogar, encontrar a tu media naranja, formar una familia, verla crecer… Sé que estás pasando una etapa muy difícil, y que sientes que la gente a tu alrededor apenas se da cuenta de ti y de lo que estás pasando; pero tú lo significas todo para alguien, y te quedan muchas personas interesantes que conocer y muchas vivencias inolvidables de las que disfrutar. Y, para cualquier cosa, yo también estoy aquí si necesitas ayuda, he pasado por ello y lo he superado; y tengo una vida muy muy feliz.

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