Los padres somos los principales modelos de aprendizaje de nuestros hijos, los más influyentes. Somos modelo para el bien y para el mal. Los hijos son lo que ven.
La tecnología nos está volviendo más sedentarios y esto lo imitan ellos. Es paradójico, una persona llena de vida se vuelve apocada, le falta el alma.
Enrique Rojas nos previene de caer en el relativismo visual.
De todas las lecciones que vamos a dar a nuestros hijos, quizás la más importante es relativa a nuestra actitud. También somos modelos de resilencia o resistencia a superar los obstáculos, para seguir caminando cuando el plano inclinado se pone cuesta arriba.
Como dice Gregorio Luri en su libro “Mejor educados“: Cuando los padres no ponen normas, los hijos tienen que descubrirlas por su cuenta.
Somos permisivos en casa porque creemos que evitamos conflictos. Pero hay que decir que “no” con frecuencia porque, si amamos a nuestros hijos, una manera de mostrarles nuestro amor es ayudarles a cambiar la lógica del “hacer lo que me apetece” por la del “hacer lo que debo hacer“.
No hay que poner mil reglas, hay que poner pocas y suficientemente claras para no tener que estar constantemente discutiéndolas. También debe ser los suficientemente amplias para que nuestros hijos puedan moverse con libertad.
Eres lo que transmites (Vitor Küppers)