¿A qué se deben las manchas y granitos al nacer de los bebés?

La llegada de un hijo siempre se espera con enormes dosis de ilusión y amor. Si bien es cierto que es inevitable formarse expectativas con el aspecto de ese pequeño ser que lleva cociéndose a fuego lento durante nueve meses, los padres van a querer con toda su alma a su bebé tenga el aspecto que tenga. Sin embargo, lo que sí puede suceder es que nuestro bebé aparezca con una serie de granitos o manchas en la piel que pueden llevar a asustarnos y preocuparnos. Estas manchitas pueden ser rojizas o azuladas y no deben generar preocupación alguna; en la mayoría de los casos no precisan ningún tipo de tratamiento médico ya que son algo completamente normal.

Suele tratarse de obstrucciones

Los recién nacidos suelen presentar en la piel el llamado acné miliar o milia. Es bastante frecuente, de hecho, se muestra en más del 40% de los bebés que cuentan con unos pocos días de vida. Se trata de unos granitos amarillentos o blancos que se muestran en el mentón y la nariz, aunque también es posible que aparezcan en la zona de las mejillas.

Cabe señalar que este tipo de granitos no tienen ningún tipo de efecto adverso en la salud del bebé, ni tampoco son dolorosos ni contagiosos; además, es muy frecuente que este acné desaparezca una vez pasadas las tres semanas de vida (aunque puede alargarse hasta el primer o segundo mes) de nuestro hijo y sin que sea necesaria la prescripción de tratamiento alguno. La causa de la aparición de estos granitos se sebe a la obstrucción de algunos folículos en la piel del bebé, que suele ser muy fina y delicada. En esta zona se generan unas bolsitas en las que se acumulan pequeños restos de piel.

No es recomendable el uso de jabones ni pomadas especiales ya que, como señalamos, este tipo de acné se va solo de forma natural y, eso sí, nunca se debe reventar estos granitos porque es muy posible que dejemos marcada la piel de nuestro bebé con cicatrices.

Manchas rosadas

Los hemangiomas son unas señales que se conocen como nevus y suelen presentar la forma de manchas rosadas o de color salmón. Suelen aparecer en la piel de los recién nacidos de forma muy frecuente, sobre todo en el área de los párpados, la frente, la nariz, la nuca

Este tipo de manchas suelen aparecer más claramente cuando nuestro bebé llora o le aumenta la temperatura del cuerpo; además, es normal que desaparezcan solas durante el primer año de vida de nuestro hijo, a excepción de las manchas ubicadas en la nuca que pueden tardar algo más de tiempo.

Por último, este tipo de manchas no suelen requerir de cuidados especiales ni prescripciones médicas; de hecho, en la cultura popular, a este tipo de manchas rosadas se las han bautizado como “beso de ángel” o “picotazo de cigüeña”.

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