Beneficios de que los niños jueguen al aire libre

El juego es el principal modo de aprendizaje para los niños. A través del juego aprenden, conocen su medio y desarrollan sus habilidades.

Ahora que comienza el buen tiempo, las temperaturas son más agradables y las horas de sol son más, es el momento de volver a recuperar el tiempo en el exterior.

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El sol como fuente de salud.

Tomar el sol produce beneficios para nuestro cuerpo como ser vasodilatador, aumenta la circulación de la sangre en la piel, ayuda a producir vitamina D o aumenta las defensas.

Por todo lo anterior y por muchas otras ventajas, jugar al aire libre es mucho más beneficioso para los niños que hacerlo dentro de un edificio.

Aumento de la motricidad gruesa

De manera habitual, los espacios de que disponemos dentro de casa o de cualquier otro edificio son mucho más reducidos de lo que podemos tener al aire libre.

Jugar en un parque, una explanada o en el bosque permite que los niños desarrollen su capacidad de ubicación espacial y aprendan a desenvolverse en espacios menos controlados que cuando está acotado por cuatro paredes.

Además, en el exterior pueden realizar algunas actividades como jugar con el balón, trepar o correr con mucha más libertad de lo que lo harían en el interior.

Todas estas actividades que implican un mayor movimiento del cuerpo permiten que los niños desarrollen en plenitud su motricidad gruesa.

Reducir el sedentarismo.

Ya es por todos conocidos que uno de los grandes males que afrontarán las generaciones futuras es el del sedentarismo y la obesidad con toda las consecuencias para la salud que ello conlleva.

Una relación sana con el deporte y el movimiento libre permite reducir el sedentarismo que nuestro estilo de vida transmite a las generaciones más jóvenes y les aleja, al menos durante un tiempo, de las pantallas tan presentes en su día a día.