En primer lugar, una fantástica excursión campestre, sobre todo si hace buen tiempo, les gustaría mucho. Podrían aprender sobre el cuidado hacia el medio ambiente y conocerían la belleza de la naturaleza. Lo más positivo de esta posibilidad es que harían mucho ejercicio, se relacionarían con sus amiguitos y respirarían el más puro aire libre.
Una segunda opción consiste en un taller de cocina. ¿Qué alimento les puede motivar más? Pues, en la mayoría de los casos, ¡el chocolate!
Os sugiero acondicionar un espacio razonable en el que puedan experimentar (y mancharse) a sus anchas con los ingredientes, consiguiendo captar su atención para que sigan los pasos adecuados. ¡Solo por el delicioso olor ya serán todo oídos!
Por último, una tercera actividad idónea para que se mantengan muy emocionados, risueños y activos se basa en una gincana, en la que tenéis que inventar vosotros las pruebas variadas, según la edad de los niños y su capacidad de comprensión, no se vayan a aburrir si es demasiado complicado. ¡Se lo pasarían genial!
¿Os gustan estas ideas? ¿Qué más posibilidades se os ocurren?
Foto: Blog Hanging out with the Higbee's
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