Puntos importantes
El primer paso es plantearlo todo con mucha antelación para que luego no haya agobios ni falte ni falle nada. En principio, si el niño es demasiado pequeño tú decidirás todo como padre, pero a partir de la edad en la que ya puede hablar, es bueno hablar con él para ver lo que le haría ilusión, a quién quiere invitar, qué juegos le gustaría que hubiera, la comida... Todos estos puntos son los que hay que tener en cuenta tras decidir el día que se desea realizar el cumpleaños y centrarse en que lo importante es que se diviertan, sin estresarse por los costes económicos.
Espacio y decoración
Lo primero a considerar es que, teniendo en cuenta que se trata de un espacio reducido, solo se puede invitar a un máximo aproximado de entre 10 y 15 niños, ya que sería complicado controlar a muchos más. Los pasos fundamentales serían apartar todos los muebles para dejar el espacio más amplio posible y guardar todo tipo de objetos que puedan romperse o resultar peligrosos para los niños. Para decorar, puedes colgar guirnaldas llamativas y globos a lo largo de la habitación, que están disponibles en cualquier tienda de todo a cien, pero tampoco hace falta que hagas más porque los pequeños invitados no se van a fijar en eso; el centro de atención es el cumpleañero y pasarlo genial.
La merienda
En segundo lugar, toca ocuparse de la comida. Tan fácil como hacer o comprar una buena cantidad de dulces y chucherías, por ser una ocasión especial, que los niños comerán encantados, sin olvidar bebidas, esencialmente batidos, y servilletas. Sería recomendable cubrir la mesa con un mantel de papel que se pueda manchar sin problema. Al acabar, se puede proceder a que el protagonista se ponga a abrir los regalos o pasar directamente a la recta final: los juegos.
Hora de los juegos
Por último, se apartan todos los bártulos correspondientes a la comida para sacar tu lista de juegos e ir proponiendo a los niños. Hay muchísimas posibilidades: la gallinita ciega, el juego de la silla, dibujos, coreografías, karaoke, etc. A menudo los propios niños acabarán haciendo lo que les apetezca, así que no hay que preocuparse por si se lo pasarán bien. De esta forma, se pasará el tiempo volando y en cuanto menos te lo esperes ya estarán los padres de vuelta para recoger a sus hijos y el tuyo habrá tenido una fiesta de ensueño y se irá con una gran sonrisa a la cama pensando en su próximo cumpleaños.