Todos hemos presenciado alguna vez la típica situación de un niño pequeño pidiendo algo a sus padres en público, y que uno de ellos se lo niegue tajantemente, mientras que el otro cede, sin problemas. Entonces, suelen ocurrir 2 cosas. O se crea un conflicto verbal entre los dos adultos, donde ambos manifiestan sus opiniones vivazmente, o bien uno de los 2 termina 'cediendo'.
Tanto en estas situaciones cotidianas, como en los postulados más filosóficos que pueden darse dentro de una familia, es muy difícil conciliar criterios diferentes, en cuanto a la crianza de los pequeños.Por ello hoy, me gustaría proponer este debate en el blog.
¿Vosotros encontráis diferencias insalvables en vuestras formas de educar o criar a los niños?
¿Cómo habéis llegado a ése pacto en el que queda, más o menos claro, cómo educaréis a vuestros hijos?
Las diferencias son evidentes e incluso positivas, entre los seres humanos. Pero cuando estos matices están condicionados por formas de ser, convicciones y creencias muy distintas, pienso que es mucho más difícil aún dar el paso a un proyecto común de educación. Por no hablar de las parejas mixtas, que provienen de culturas y credos diferentes. ¡Entonces, parece que todo es tan complicado!, ¿verdad?
¿Cómo logran estas parejas criar a sus hijos, con formas de ser tan divergentes? ¿Créeis que siempre hay uno que cede, y otro que impone más sus argumentos?
Según una reconocida psicóloga especializada en educación de niños pequeños, Laura Gutman: '' las discusiones terminan si actuamos según nuestras creencias pero pensando en el confort de nuestra pareja''.
¿Lo véis tan fácil? ¡A mí no me lo parece!