¿Cuánto hace que no ves a tu hij@? Y me refiero a verlo de verdad, olvidando la imagen que tienes de él o de ella, olvidando las cosas que hace, simplemente mirándole y viendo lo perfect@ que es. ¿Cuándo fue la última vez que l@ miraste a los ojos y te perdiste en su infinito interior?
A veces nos olvidamos de mirar, de observar, de ver…. a veces pasamos el día haciendo una cosa tras otra y no VEMOS a las personas de verdad. Las miramos, hablamos con ellas pero siempre nos relacionamos desde las ideas que tenemos sobre ellos, desde lo que creemos que ellos son, desde lo que pensamos que es su personalidad. Pero cuando nos situamos en esa posición nos perdemos muchas cosas, nos perdemos conectarnos con ellos, nos perdemos lo que verdaderamente son.
Me encanta mirar a mis hijos y maravillarme de sus ojos, de ese brillo intenso, de esa luz que son. En ellos puedo verme reflejada en el sentido más amplio de esta expresión.
A veces me olvido de mirarlos de verdad y no los veo. Es cuando sólo veo que sus cosas están desordenadas, que no vienen a la ducha justo cuando les aviso, cuando siguen haciendo algo aunque yo les haya pedido que lo dejen de hacer…en esos momento sólo veo lo que hacen, sólo veo la punta del iceberg y dejo de ver el universo inmenso que son. Dejo de ver esa luz, ese amor, esa esencia…lo que verdaderamente son. Y es entonces cuando no me relaciono con ellos de una forma auténtica, de una forma tranquila desde la que pueda expresar mis necesidades o pedirles su colaboración.
Cuando vemos a los niños de verdad, lo que realmente son, podemos hablar sobre las cosas que hacen de un modo natural, amoroso. Sin identificarlos con las cosas que hacen. Sin juzgarlos. Sin etiquetarlos. Simplemente enfocándonos en encontrar una solución a lo que está ocurriendo en este momento.
Hacía tiempo que no escribía porque he estado y estoy dedicando mi tiempo a otros asuntos. Hoy me ha apetecido mucho compartir esta pequeña y fugaz reflexión.
Un abrazo,
Nuria.
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