¿Te acuerdas de la chica que salió en los medios de comunicación denunciando que le tatuaron sin su consentimiento, 56 estrellas en el rostro?
¡Ahora dice que sí que pidió que se las tatuaran! Y que fue una vez regresado al domicilio familiar cuando advirtió del castigo que le podía caer encima por parte de sus padres, si además admitía que ella lo había pedido. Por ello ocultó la verdad, según la joven.
El caso es que el tatuador ya no tiene que cubrir indemnización alguna y encima, parece estar contento porque esta historia le ha dado 'cierta publicidad'.
¿Entendéis algo? ¿Le dais importancia al asunto? ¿Consideráis que la actitud de la chica no es más que una muestra de ‘la edad del pavo'?