Si sois, como yo, asiduas a las redes sociales, sobre todo a Facebook Twitter o Instagram, habréis leído 'algo' de esta película que muchos han catalogado de epopeya. Con ella, me ha ocurrido algo que con muy pocos films me pasa. Desear verla con todas mis fuerzas ¡y no poder esperar a su estreno! Para esto quedan algunos días, ya que no será hasta el 26 de septiembre, pero prometo seguir leyendo y leyendo más cosas sobre esta peli que se promete tan peculiar y fascinante.
Su principal atractivo, seguramente, sea su peculiar forma de rodarla: porque, durante 12 años, el director fue grabando secuencias que se correspondían en realidad, con los 12 años que iban transcurriendo en la vida del actor, . Es decir, mientras el protagonista crecía y pasaban los meses, iba rodando, dos, tres...cuatro escenas. Y así durante ¡12 años! ¿Habéis oído algo igual?
12 años en imágenes, del protagonista y actor de Boyhood
Otro de sus platos fuertes, razón por la que hablo de ella en mi blog hoy, es que el argumento central es la evolución de un niño que pasa a ser púber y adolescente, para convertirse, finalmente, en ése joven que se encuentra a sí mismo. La ausencia de 'temas trascendentales' y la importancia que se le da a situaciones cotidianas y vitales, pero no por ello menos importantes (mudanzas, rupturas, separación de los padres, enfados con amigos, etc....) prometen ser la clave, eso sí, ''magistral'',según las críticas, de esta película.
¿Más razones por la que deberíamos verla? Además de su fotografía o banda sonora, que dicen, son otras de o las virtudes de Boyhood, se me acaban los argumentos. Y es que me falta verla, para seguir hablandoos de ella.
Ah, una última, ha recibido varios premios en el Festival de Cine de Berlín, 2014.
¿Pensáis ir al cine a ver por qué 'tanto ruido'? ¿Os gusta ahora que sois papás, ver películas que aborden la infancia o la adolescencia?
¿O más bien todo lo contrario? :P
Segunda foto: Via Motherjones.com/ Matt Lankes/IFC Films
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: