Mariquita Pérez era la materialización de una niña bien, de la época. Una quimera en forma de muñeca, un juguete ideal, e idealizado, que las niñas de entonces, se conformaban con mirar a través del escaparate, sin otra pretensión que aquella: observar su cara angelical, sus vestidos magistralmente cosidos, su porte elegante, y una sonrisa que contrastaba con el panorama hostil de entonces.
Hoy, después de más de 70 años, Mariquita Pérez por fin yace en el mismo sitio donde mi abuela, entre lágrimas, la colocó nada más sacarla de su caja. Nunca se me olvidará la cara de felicidad que puso, al recibir a Mariquita.
Más vale tarde que nunca. Había venido para quedarse.
¿Conocéis a esta muñeca? ¿Alguna tiene una abuela, o tia, que haya hablado de ella?
Fotos.MariquitaPérez.com
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