Depresión post parto ¿Mito o realidad?

Comencé a notar que algo no funcionaba bien en el momento en que empecé a estresarme mucho cuando mi hijo no se dormía, las horas me parecían eternas. Llegó el momento en el que me sentí frustrada y triste porque me preguntara si eso era todo lo que haría con mi vida, me sentía tan aburrida.  Mi esposo salía muy temprano y no regresaba hasta la noche, por lo que ni siquiera me asomaba fuera de la casa, no intentaba salir a conversar con las vecinas y no hablaba por teléfono.  Cuando mi esposo llegaba le decía lo triste que estaba y
que me agotaba demasiado cuidar de mi hijo.  El no entendía lo que ocurría, me preguntaba, _cómo es posible que te sientas así? Deseabas tanto tener un hijo.

Yo tampoco entendía mi actitud, sin embargo no lo comenté con nadie pero

poco a poco comenzó a pasar ese estado y comencé a recobrarme y a sentir otra vez el deseo intenso de continuar adelante. 

El primer mes fue realmente eterno, fueron los días más largos que he tenido y aunque amaba a mi hijo con el alma, no entendía porque sentía que tenía una carga muy pesada. Me levantaba aproximadamente a las 5 am a amamantar a mi hijo, y siempre estaba ansiosa que terminara porque se tardaba demasiado, luego se dormía un rato pero los intermedios eran muy cortos puesto que lo alimentaba solo con leche materna. Alguna que otra noche en los tres primeros meses le di a beber leche de formula, pero sentía una culpa tan grande cuando hacía eso, porque lo hacía con la intensión que durmiera más en la noche y no despertara tan seguido para poder descansar un poco. 

En mi caso particular, yo estaba muy sola, puesto que mi familia vive en otra ciudad y mi hermana, que sí vivía en mi ciudad, tenía un trabajo muy absorbente; sin embargo ella no estaba enterada de lo que me estaba ocurriendo, puesto que como mencioné anteriormente, no se lo mencioné a nadie, solo a mi esposo pero no con detalles. El pensaba que estaba cansada por el trabajo que representa un bebé pequeño. 

No fue hasta mucho tiempo después que me enteré que eso no era una sensación que solo me ocurría a mí, me enteré que eso es lo que llaman depresión después del parto, y es más común de lo que conocemos, que en mí fue relativamente leve, pero que hay casos que incluso puede ser peligroso, tanto para la madre como para el niño. Hay que estar atentan a señales como estas ya que no son normales; lo correcto es buscar ayuda especializada. Y los familiares, esposos, hermanas, vecinas, si hay algo que no parece normal, como el encierro, la falta de comunicación, cuando se está muy sensible y hasta las excesivas discusiones, pueden ser síntomas de una depresión post parto.

Aclaro, que reflejo en este artículo mi experiencia personal, si se desea conocer sobre otros síntomas, señales o formas de contrarrestar estos estados, deberán buscar ayuda especializada.

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