Hoy día se cree que la obesidad ha dejado de ser una epidemia para convertirse, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una pandemia. Es decir, una enfermedad epidémica que es expandida a diversos países o que ataca a cadi todas las personas de una localidad o región, y entre dichos individuos los más vulnerables son los niños. Tanto así que la obesidad infantil se ha convertido en una auténtica crisis de salud pública.
¿Cómo se manifiesta la obesidad?
Hay padres de familias y algunos doctores creen que el lactante obeso es sinónimo de salud falsa, pero el aumento de peso es paulatino y progresivo. Es por ello que muchos están contentos porque ven a su hijo sano, después regordete y finalmente gordo cuando ya sobrepaso el 20% de su peso ideal. No obstante, son niños por lo general pasivos, reprimidos, tímidos, su gran apetito obedece a una actitud de escape, se alimentan de manera compulsiva, tienen bajo rendimiento escolar y deportivo.
Cómo prevenir la obesidad infantil
Se debe evitar que el niño coma frente al televisor y limitar su uso máximo dos horas por día.
Hacer por lo menos una de las comidas del día en familia, de preferencia convivir en la mesa.
Fomentar la práctica de algún tipo de ejercicio, esto ayuda a mejorar es estado físico del pequeño y favorece al desarrollo de disciplina que le será muy útil para toda la vida.
Evitar con frecuencia los jugos o bebidas muy azucaradas.
Es importante que nunca prescinda de un desayuno completo compuesto por lácteos como cereales, pan, galletas, etc. de esta forma, se evita que el niño reduzca la necesidad de consumir alimentos menos nutritivos a media mañana, además, lo ayuda al rendimiento físico e intelectual en el colegio.
Se recomienda involucrar a todos los miembros de familia en las actividades relacionadas con la alimentación, por ejemplo, hacer la compra juntos, decidir el menú de la semana, preparar y cocinar los alimentos.
Es importante incluir en cada comida un alimento de cada grupo como verduras y frutas, cereales y tubérculos y productos de origen animal.
A partir de la edad escolar es importante hacer responsable al pequeño de seguir las recomendaciones de la dieta, siempre supervisado por los padres. Ellos son los que tienen que estar convencidos y de mutuo acuerdo con las diversas medidas que van a llevar a cabo para lograr el éxito del tratamiento. Además, lo que no se consigue durante su infancia, más difícil será el procedimiento en los años posteriores, es mejor facilitarle la vida a los niños fomentándoles buenos hábitos desde sus primeros años de vida.
Imagen: Reini68
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