Érase una niña de barro muy pringada,
érase un barro divertido,
érase un niño abetunado,
érase un barro espeso y muy mojado.
Érase un parque caluroso y ocupado,
érase una fuente fresca,
érase un tierra seca,
érase una niña liándola jugando.
Érase una pala de galera,
érase un tizne amarronado,
las doce Tribus del barro era.
Érase un felicísimo encanijado,
muchísima mugre, pringada fiera,
que en la mente de la gente fuera culpado.
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