Ponemos a calentar el horno a unos 200º, y preparamos una bandeja con papel de hornear.
Si nos quedó pan en barra, lo cortamos como si fuéramos a hacer bocadillitos y los abrimos a la mitad. Si tenéis pan de bolla, podéis cortarlo en rebanadas. Nosotros, en este caso, tenemos de barra. Lo ponemos en la bandeja y le echamos un poco de salsa de tomate (yo siempre suelo usar tomate triturado) y espolvoreamos un poco de orégano.
Encima le ponemos el ingrediente estrella, y ahora viene lo bueno, le podemos poner casi cualquier cosa!! Hay miles de alternativas: cualquier fiambre, si habéis hecho una carne y os ha sobrado se puede desmenuzar, bacon, salchichas, hasta incluso unas sardinillas (de las que vienen en conservas)... En este caso los he hecho de atún, que son mis favoritos!! Y por encima una lonchita de queso. Las metemos al horno y cuando el queso esté derretido (unos 3-5 minutos) listo.
Ha sido fácil verdad?? También debéis saber que si el mismo día no las queréis hacer, también se puede el siguiente, que al tostar el pan no se nota que es del día anterior. Y aún más, si lo dejáis cortado, se puede congelar, y cuando los queráis hacer sólo tenéis que sacarlos y prepararlos, ya que en el mismo tiempo en que se derrite el queso, el pan se descongela y queda perfecto!!
Qué os han parecido? Además es una receta que podéis hacer con los pekes, porque es muy sencilla y seguro que les encanta!! Si os ha gustado no dudéis en contármelo y compartirlo en vuestras redes sociales.