Esta cadena de heladerías es famosa por los sabores peculiares de sus helados. Por ejemplo: de palomitas, de curry, de calabaza. Piensa en cualquier sabor… lo tienen.
Sí. También existe el helado de jamón Ibérico. Un verdadero sacrilegio el mezclar un 5 jotas con leche.
Esta claro que los helados de sabores clásicos, no están de moda. Se lleva el helado de tortilla de patata. A la pobre tortilla desde su “deconstrucción” no han parado de experimentar con ella. Ahora a manera de bola y en cucurucho.
Y si esto te parece raro, que sepas que también existen helados de pescado, sobre todo en japón. ¿Te imaginas comiéndote un helado de lubina en una tarde de calor? Impresionante.
El francés Philippe Faur es un maestro en el arte de hacer helados de calidad para la alta cocina. Los hace de trufa, de foie o de roquefort. Lo último es un helado de caviar que lleva un 60% de caviar de esturión. Osea que debe de ser el helado más caro del mundo.
Pero aunque estos resultan sofisticados como detalle en un plato de diseño, hay otros que pueden parecerte de lo más “tronco”. Helado de ajo, de cerveza o de empanada gallega y no me lo estoy inventando. Existen, aunque yo no los haya probado.
Así que ya sabes cuando te sobre cocido o paella o lo que tengas, lo metes todo en la Turmis y… ¡a hacer helado! ¿Te imaginas?.
La opinión de Soficó. 11 años.
¡Puaj, que asco! Yo me lo imagino de tortilla, con lo poco que me gusta a mi, y ahora para fastidiar un helado de ella. ¡Lo que faltaba! PUAJ o de paella. A ver, la paella creo yo que se toma caliente o templada pero fría… es decir congelada ya es el colmo de los colmos. Vamos que esto no es para comerselo, es para vacilar a estos platos tradicionales.
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