Este jueves el Departamento de Policía en Canadá recibió la llamada de un niño que se quejaba porque sus padres querían obligarlo a comer ensalada.
Los policías se dirigieron a su hogar, y antes de que llegaran, él realizó una segunda llamada pidiendo que acudieran con urgencia, pues la ensalada que le estaban dando no le gustaba.
Una vez que los policías llegaron a su casa, los policías hablaron con el niño para hacerle notar por qué no podía llamar a la policía en circunstancias como esa.
Además le hablaron de las razones para las que está creado el número y por qué una llamada como la suya podía impedir que se atendieran urgencias reales.
Por último, los oficiales le avisaron de las sanciones que podría llevar el hacer uso indebido de estos canales de comunicación, pero decidieron no sancionarlo en esta ocasión.