Tipos de juegos según su edad

Estimula la creatividad y la imaginación, fomenta habilidades como la concentración y la memoria, ayuda al desarrollo psicomotor, a la coordinación, a la motricidad fina y gruesa… Podríamos seguir durante horas enumerando los beneficios que tiene el juego en los niños y, con ello, las razones por las que debe ser una parte fundamental e irrenunciable de sus tareas diarias. 

Ni qué decir que esos momentos de ocio pueden convertirse en oportunidades únicas para conocer y escuchar a nuestros hijos, descubrir sus necesidades y motivaciones y, en definitiva, crear esos lazos entre padres e hijos que tanto nos preocupan. 

Sin embargo, sobre todo durante los primeros meses y años de la vida de un niño, la preocupación por parte de los padres por ofrecer a los pequeños las herramientas necesarias para su estimulación y desarrollo, se une a las dudas y al desconocimiento sobre lo que ‘correspondería’ con la edad del pequeño. Por eso, hoy vamos a intentar salir de dudas…

¿Qué tipo de juego podemos practicar con los peques según su edad? 


Aunque hay muchas teorías, podemos usar como referencia la clasificación del psicólogo y referente Jean Piaget.

De 3 a 24 meses: juego funcional

Se basa en los movimientos musculares repetidos, bien manipulando objetos (agitarlos, hacerlos sonar, morder, hacerlos rodar…) o sin objetos (saltar, las cosquillas, rodar…).

Así, durante los primeros 6 meses el juego estará orientado a su estimulación. De esta forma, podemos mecerles en forma de baile a la vez que les cantamos; jugaremos con elementos sonoros y musicales; trabajaremos con las muecas, los gestos y los ruidos para que intenten imitarlos; las cosquillas…

A partir de los 6 meses empiezan a ser más conscientes de su cuerpo y de los demás, por lo que empezaremos a emplear espejos y a practicar juegos como el ‘cucu-trás’. La música y los sonidos seguirá siendo parte fundamental del juego (las palmitas, los 5 lobitos...), así como la repetición de palabras para que empiecen a realizar los primeros amagos de habla. También empezará el momento gateo (en torno a los 7-8 meses), por lo que utilizaremos el juego para fomentarlo, llamando su atención con objetos vivos y de colores, tirándonos al suelo con ellos… Además, serán fundamentales los juguetes que favorezcan el agarre. 

A partir de los 12 meses empiezan a tener más autonomía, se desplazan sin problemas (ya sea gateando o andando) y tienen más desarrollada la motricidad fina. Es en este momento cuando empiezan a jugar con correpasillos, triciclos, pelotas, columpios… Les gusta arrastrar, empujar, trepar… También podemos hacernos con juguetes sensoriales (arena mágica, plastilina…), sus primeras ceras de colores y los primeros contactos con los puzles, piezas que encajan...


De los 24 a los 36 meses: juego constructivo

A los 24 meses aumenta su interés por crear estructuras, combinar piezas, jugar con bloques, puzles... Así, según van creciendo, irá aumentando la complejidad de sus construcciones.

De los 3 a los 5 años (aunque se comienza a los 18 meses…): juego simbólico.

Se basa en la representación que el niño hace en su cabeza de los objetos y juguetes que le rodean, y en su capacidad para jugar con esa idea. De esta forma, realiza simulaciones o imitaciones de actividades que ve a su alrededor, de historias que lee en los cuentos… Por ejemplo, jugar a papás y mamás, a ser bombero o policía, utilizar una escoba como caballo, una manta como capa…

A partir de los 5 años: juego con reglas

Los pequeños a esa edad empiezan a participar en actividades y juegos que parten de unas reglas previamente establecidas, y que se suelen compartir en grupo. Por ejemplo, los juegos de mesa.

Esperamos que os haya gustado esta información y, como siempre, os esperamos en el próximo post de Vivienda Saludable. 

 
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