El mundo de los blogs sobre maternidad y paternidad
Hace año y medio me incorporé en al mundo de la blogosfera y desde entonces he leído un sinfín de posts sobre niños, maternidad y paternidad. Estos escritos me han aportado muchísimo.Existen también post en los que no concuerdo con lo que está escrito pero bueno, no pasa nada. Creo que el mundo se nutre de distintas opiniones y de esta forma también nos sirve para aprender o para generarnos un criterio propio.
A medida que sigo leyendo, veo todo plagado de cosas como:
“Un libro para que mi hijo/a se aprenda los colores, para que se aprenda las letras, para que aprenda a gestionar emociones, para aprender idiomas”. Aprender, aprender, aprender.
Y sí, todos los recursos son muy buenos pero veo poco la parte de tener un cuento simplemente para pasar un buen momento, para leerlo juntos y ya está.
Creo que todo tiene que ver con que queremos ser los mejores padres y darles a nuestros hijos lo mejor, que todo les aporte algo.
A finales del 2019 leí un artículo en diario El país titulado ¿se nos han ido de las manos la maternidad y paternidad? (enlace aquí).
Este artículo abordaba temas sobre la gran preocupación que tenemos los padres para cubrir todos los ámbitos como la alimentación, la educación, la inteligencia emocional, entre otros. Algunos de los aspectos me hicieron sentir identificada pero hoy voy a hablar sobre los dos que me llamaron más la atención: literario y educación. En el primero, cito lo siguiente:
“En la última Feria del Libro de Madrid vi cómo volaban los álbumes ilustrados más moralistas y emocionalmente exitosos mientras grandes obras del sector, álbumes maravillosos en los que prima la diversión, la belleza, la estética o la calidad literaria quedaban relegados a un segundo plano”.
Adrián Cordellat, diario El País En cuanto a la educación, se hace referencia a que los padres quieren que sus hijos hablen 2 o hasta 3 idiomas a temprana edad. Que algunos centros educativos tienen gran demanda porque garantizan que sus hijos van a salir hablando inglés
Hablando de mi caso, Juan Pablo y yo estamos criando a nuestro hijo en Alemania y desde hace mucho tiempo escuchamos comentarios (siempre con las mejores intenciones): -¡qué bien, tu hijo va a hablar 2 idiomas desde chiquito! ¿y a tu hijo, le hablas en alemán, cuántas palabras se sabe en alemán?-. Estos comentarios no me molestan en absoluto pero tampoco estamos apurados porque nuestro hijo hable 2 o 3 idiomas. Así que la respuesta es que en casa le hablamos en español todo el tiempo.
En cuanto a los libros, tengo que decir que no me gustan los que son para que los niños aprendan los números, los colores, las letras, etc. Me gustan los libros que sean divertidos, que tengan una historia linda, dibujos que llamen la atención, con pop-ups como el de “El pollo Pepe o El Pájaro Paco”.
En un post, como el de Mi debut como blogger o en varios, he mencionado que los libros son algo que me gusta y que no veía el momentos de empezar a leérselos a mi hijo y me sostengo en ello. Pero quiero que este momento sea especial, algo relajante y no un momento pensado en que también tenga que aprender algo. No me apura que mi hijo se sepa muchas canciones, ni que hable tantas palabras, o que se sepa “tantos trucos”, mi mayor anhelo es que sea un niño sano y feliz y no lo mucho que sabe o no sabe.
No siempre quiero aprender cosas
Ante tanto aprender, aprender, aprender intento extrapolar esa situación a mi persona y pienso que no siempre me gusta aprender cosas. Cuando llega la noche y me siento a ver la televisión, en lo último que pienso es en que quiero aprender algo. Tampoco me duermo leyendo una enciclopedia para aprender. Simplemente quiero ver alguna película (muchas veces alguna simplona) y antes de dormir, algún libro interesante o que me lleve a mundos imaginarios. No siempre quiero aprender cosas.Así que… ¿Querrá mi hijo aprender el 100% del tiempo?
Por el momento no me responde a nada de esto pero nosotros en casa seguiremos por las noches con nuestros libros de historias de patitos, conejitos, muñequitos y con nuestros momentos de canciones y bailes antes de ir a dormir.