Desde que empecé las clases en la universidad el tiempo no me da para nada: millones de cosas que hacer y estudiar, y si a eso le sumamos las maravillosas rabietas de Leoncito, no me llegan los minutos del día.
De verdad, esto es ¡una locura! La casa a medio limpiar siempre (o ni el medio), juguetes por el suelo, hacer la comida y comer en menos de una hora... En fin, lo que muchas ya sabéis pero que yo no había experimentado hasta ahora. Pero bueno, he de decir que estoy feliz, aprendiendo un montón, disfrutando de cada asignatura y de cada persona nueva que conozco, aunque bueno, creo que esto me daría para otro post (la mamá universitaria, buen título ¿no?)
Además ahora veo mucho menos al peque, porque para que me de tiempo a hacer todos los trabajos de clase, Leoncito se pasa algunas tardes con los abuelos. Ellos encantados por supuesto, aunque les vacíe todos los cajones, abra todas las puertas, y utilice el jarrón recuerdo de no sé que viaje como su escondite de juguetes, ellos felices de la vida. Lo que hace un nieto...
Así que, aunque ya lo era antes, la hora de irse para cama es más que sagrada. Esos instantes en los que jugamos, nos subimos unos encima de otros, nos "chanchamos", los aprovecho no un 100%, sino un 1000 por 1000.
En esos momentos cuando aprovechamos para lectura de algún que otro cuento, así que hoy te voy a enseñar uno de nuestras últimas adquisiciones. Esta vez, gracias al club de lectura de Boolino, nos ha llegado a casa ¡Buenas noches!
Este libro está integrado en la colección Los derechos del Niño, en la que se pretende que nuestros pequeños (de más de 6 años) conozcan sus derechos de una forma lúdica. La colección consta de 10 libros en los que se tratarán temas como el respeto de otras razas, etnias y culturas, la igualdad de oportunidades, solidaridad, injusticia, tener un entorno sano donde crecer...
Este último es el tema fundamental de ¡Buenas noches! donde una familia acampa cerca de una granja para pasar la noche. De madrugada, la bebé despierta y se escapa por la ventana. Ahí descubre a todos los animales que la ayudan en todo lo que necesita: comer, jugar, dormir... Pero ¿quieres saber cómo acaba? ¡Ah! te quedas con la duda jajaja.
La verdad es que el cuento está genial, además al final aparecen una serie de preguntas que le puedes hacer a tu peque una vez leído, con las que podrás conducir a los niños al aprendizaje de este derecho:
¿Qué te ha parecido? Yo creo que es de lo más interesante, y aunque esté pensado para niños de más de 7 años, nosotros se lo leemos al pequeño Leoncito - aunque ahora lo de pequeño ya no sea tanto - para que poco a poco se vaya habituando a la lectura, y ya que estamos en plena explosión del lenguaje, vaya adquiriendo nuevas palabras.
¿Ya lo conocías? Cuéntame qué opinas en los comentarios