Dicen que mientras más chiquitos lo inculquemos, será más fácil. Debe ser (sé de algunos niños que lo hacen). No puedo decir que lo logré pero sí que traté con mucho ahínco y poco éxito. Es que mi prioridad era enseñarle a Joaquín a obedecer (arduo trabajo). Obvio, si el niño no obedece, cómo nueces y bellotas -como dicen ellos- logras que colabore con los quehaceres.
Cuando era pequeño, mi mayor logro del día era que guarde sus juguetes. Ya les he mencionado acerca de su temperamento firme, no?. Si se le metía en la cabeza que no tenía ganas de guardar, no había forma de lograrlo. Y eso que tenía dos años y medio. Qué motivación ni ocho cuartos. Na´a.
Y es que cada niño tiene su temperamento. Algunos dan más trabajo que otros. Y otros dan mucho más trabajo. Pero cierto también es que el carácter y decisión de la persona que los cuida, sea la mamá, el papá, la abuelita o la nana tiene mucho que ver.
En el caso de Ania, su ánimo de colaborar está a flor de piel a menos que se trate de guardar sus juguetes, cambiarse o comer sola. Ella quiere ayudar a limpiar la casa, poner la mesa y cocinar. Pero no hay forma de que guarde sus juguetes sin ayuda. Desde su cuarto se escucha el drama a voz en cuello: "¡Es mucho! ¡Necesito ayuda!". O simplemente viene hasta donde estás y te dice muy suelta de huesos: "No voy a guardar". Esta petisa...
Desde diciembre del año pasado, me quedé sin ayuda permanente en casa. Una señora viene a limpiar dos veces por semana y ya está. No more. De solo pensar en lo turuleca que iba a estar en el verano con mi trabajo, los chicos todo el día, la casa, cocinar y toodo lo demás, me estaba dando la noica antes de Navidad. Es que se me revuelve el hígado estar arreando a los niños (y renegando y gritando y castigando) para que hagan las cosas.
Hasta que mi cerebro hizo clic.
Recordando algunas cosas que había leído y hecho en el pasado, y analizando el temperamento de mi hijo, se me ocurrió un "Elemento Motivador de Quehaceres del Hogar". Algo así.
Debo aceptar que si mi hijo no encuentra la motivación interna para hacer algo, es bien difícil que lo haga, al menos con un ánimo medianamente aceptable. En esos casos, debo encontrar un elemento externo que lo motive. Y debe ser suficientemente motivador.
Dicho esto, les presento "La Agenda", jaja.
No se lee bien aquí :(. Sé que no soy muy prolija para estas cosas,
pero a mis hijos no les importa mucho.
No se lee muy bien, pero la idea es definir una serie de tareas o actividades fijas para cada día y de acuerdo a su edad. No deben ser muchas ni muy complicadas y hay que tomar en cuenta si están en época de clases o de vacaciones. Luego, organizarlas según la hora del día. No olviden incluir el tiempo de ocio y -muy importante- el elemento motivador por las tareas cumplidas.
En nuestro caso, lo hacemos así:
Punto #1. (Después del desayuno)
JOAQUÍN (en amarillo)
Tender mi cama
Doblar mi pijama
Lavar mi taza y plato
Cepillarme los dientes
Dejar el baño limpio y ordenado
Cambiarme
ANIA (fucsia)
Cambiarme sola
Poner mi vaso de leche en el caño
Cepillarme los dientes sola
Obviamente, como Ania tiene 4 años y medio, le habíamos establecido tareas más sencillas relacionadas a su independencia y hábitos. Pero resultó que ya tiende su cama sola y lava su vaso de leche.
Punto #2. (Antes del almuerzo)
JOAQUÍN (en amarillo)
Leer 20 minutos
Practicar música 30 minutos
Jugar
Mediodía: Usar la tablet, compu, play station o ver tele hasta la hora de almuerzo.
ANIA (fucsia)
Leer (alguien que le lea)
Jugar
Mediodía: Usar la tablet, compu o ver tele hasta la hora de almuerzo.
Esta es la parte donde hay más negociación. Al menos con Joaquín. Y dependiendo de la hora en que se levanten, las actividades del día anterior y lo que tengamos que hacer ese día, soy flexible. Y si Joaquín le lee a su hermana, gana bonos.
Punto #3. (Después de almuerzo)
JOAQUÍN (en amarillo)
Lavar mi plato. (Si lava todo tiene bonos)
ANIA (fucsia)
Poner la mesa
Comer sola
Luego del almuerzo, si no salimos, vemos una peli hasta que baje el sol.
Punto #4. (Media tarde)
JOAQUÍN (en amarillo)
Leer 20 minutos
Practicar música 30 minutos
Jugar
ANIA (fucsia)
Jugar
Ilusa yo, creí que atracaría leer de nuevo y practicar otra vez, pero no. Hay que ser flexibles, porque los niños también quieren divertirse. Así que los llevo al parque, a pasear, al cine, hacemos manualidades o lo que se nos ocurra.
Punto #5. (Antes de cenar)
JOAQUÍN (en amarillo)
Ordenar mis juguetes, cuarto, cosas.
Bañarme
Dejar el baño ordenado y limpio
Poner la ropa sucia en el cesto
Colgar la toalla
Cepillarme después de cenar
ANIA (fucsia)
Ordenar mis juguetes, cuarto, cosas.
Bañarme (o que me bañen)
Poner la ropa sucia en el cesto
Cepillarme después de cenar
Es muy importante no ser tan exigentes ni perfeccionistas, obviamente no lo van a hacer igual que un adulto. Si la cama no la dejan perfectamente estirada, déjala así. Si la arreglas a la larga pueden sentir que no hacen bien las cosas.
Si no quieren hacer alguna de sus tareas, puedes pedirles que revisen su agenda a ver qué les toca. Si insisten en no hacerlo. Déjalos. El elemento motivador entrará a tallar en el corto o mediano plazo.
La Motivación lo es Todo
Lo que hemos decidido nosotros es darles una propina (pensando más en Joaquín, claro, que venía pidiendo dinero desde hace bastante tiempo). Un sol por cada año de edad y puede recibir bonos por buena actitud y tareas adicionales (como doblar la ropa salida de la secadora y guardarla, ir a comprar a la bodega, barrer, etc. -¡y lo están haciendo!). Y si no cumplen con las tareas estipuladas, se les descuenta (pero poquito no más, para no desanimarlos). De esta manera, también queremos enseñarles el valor del dinero y a administrarlo desde niños.
El elemento de motivación depende de la edad del niño. Si fuera más chiquito, unos stickers bastarían -para Ania sería suficiente-. Pero él tiene 9 años, unos stickers o algo similar no van a moverlo de su sitio.
Ya vamos casi 3 semanas con esto y veo que está funcionando bastante bien. Joaquín revisa su agenda después de desayunar y un par de veces más en el día. Ya no tengo que decirle que vaya a tender su cama y escuchar sus remilgos, solo le digo que revise su agenda y él tranquilamente lo hace. Aún tengo problemas con la lectura, la hora de jugar (cuando está solo) y con su ropa tirada en el piso, pero ahí vamos. Corto, mediano y largo plazo son mis palabras clave. Paciencia y perseverancia mis armas. Y mi lema: "Andrea, tu casa no va a estar pulcra, acostúmbrate!".