Seguramente por el nombre algunas no sepáis de que estoy hablando, pero no os preocupéis que no es una enfermedad ni un trastorno psicológico grave. La onicofagia es el hábito compulsivo de comerse las uñas, y suele aparecer en la infancia y la adolescencia.
En la mayoría de los casos este mal hábito de los niños empieza con la costumbre de chuparse los dedos alrededor de los 3 años, y para que el niño supere este problema necesita el apoyo de sus padres.
Primero hay que observar al niño ¿cuándo se muerde las uñas? ¿en qué situaciones? ¿cuántas veces durante el día? Algunas de las causas por las que los niños se comen las uñas son la falta de autoconfianza, por el estrés en los colegios o guarderías o incluso porque han visto este mismo hábito en los padres.
Así que para prevenir este hábito que a la larga es dañino para la salud, hay que explicar al niño sus consecuencias, cada vez que le veamos morderse las uñas recordarle que este hábito es malo, si el niño ya es un poco mayor incluso se puede recurrir a las aplicaciones para uñas de aceite de sabor desagradable. Pero nunca, nunca! regañarle, castigarle, o criticarle, ya que eso podría empeorar su conducta.
Imagen: tirong / flickr
¿Vuestro hijo se come las uñas?