Está demostrado que dar la mano no sólo es bueno para la vida emocional de tu hijo, sino que le aporta estabilidad emocional, y le hace sentirse más seguro. Además, está comprobado médicamente que las enfermedades dolorosas crónicas encuentran un respiro en el contacto físico madre-hijo a través de caricias con la mano. La mano materna palia el dolor y aporta alivio al niño enfermo.
¿Le das mucho la mano o acaricias mucho a tu hijo normalmente?