En la vida existen muchos matices, caminos y pasos para dar. Tomar la decisión de dejar tu país no es tarea fácil y por más segura que estés de, ¿para qué te vas a otro mundo con tus hijos?, es válido desplomare y sentirte extraña. Detrás de las fotos en redes sociales, donde existe una aparente tranquilidad, también puede existir miedo y soledad. Lo digo de este modo, porque se aprende a vivir con esta mezcla de sentimientos, pensado que existirá un mañana distinto. Mi destino fue elegido por la seguridad de la legalidad. Por tener el mismo idioma y por el apoyo de mis hermanos; mucho terreno ganado y bendición para uno.
Les puedo decir que disfrutar del momento y las circunstancias es clave para desenvolverte. No pasa nada si un día decides salir a conocer y te pierdes en las calles de la ciudad; disfruta el camino, de la gente, los aromas y el privilegio de caminar en un lugar seguro y de paz. Me cambie de país con mis dos hijos, sin la compañía de mi esposo. La clave para no estancarme en un sentimiento de tristeza ha sido mi mente ocupada, desde comenzar una rutina de ejercicios hasta caminar observando cada detalle de la ciudad. Es difícil permitirte como pilar de dos niños caer, sin negar que hay días malos, te digo que intento buscar siempre los buenos.
Les envío un fuerte abrazo, seguiré contándoles mi experiencias. Si eres una mamá con alguna experiencia que quieras contar, te espero abajo en los comentarios.
Mamá Migrante
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