No quiere ir al colegio:
Este punto no trata de la pereza que podemos experimentar los domingos ante la vuelta a las tareas cotidianas. Se trata, más bien, de un rechazo continuado, seguido de posibles cambios de conducta.
Las señales: frases como: “odio ir al colegio”; “mis compañeros son idiotas”; “no me gusta nada de lo que hacemos en el colegio”.
No quiere salir de casa:
La alarma ante esta situación dependerá, en buena medida, del carácter de nuestros hijos, aunque es bueno que permanezcamos atentos a detalles inusuales.
Las señales: ¿Recibe invitaciones a cumpleaños o no?, ¿se despide de compañeros al salir del colegio?, ¿muestra interés por salir a la calle, al parque o por hacer actividades extraescolares? Si la respuesta es que no, puede que sea uno de muchos casos de bullying.
Pierde objetos o se le rompen:
Esta es una de las señales más frecuentes en el acoso escolar. Suele ir acompañada de excusas y mucho nerviosismo, sobre todo en casa, por perder o romper cosas en caso accidental.
Las señales: El robo del móvil (si ya lo tienen); robo de libros; el deterioro significativo de cualquier otro tipo de objetos (como gafas, mochila o incluso ropa).
Descenso del rendimiento académico:
Si un hijo sufre un cambio progresivo de este tipo, debemos identificar el porqué. En caso de bullying hay detalles como los siguientes.
Las señales: Que el descenso en el rendimiento académico vaya acompañado de un bajo estado de ánimo, irritabilidad constante, pérdida de apetito o, por el contrario, un deseo desmedido por comer.
Se enferma y/o no puede dormir bien:
Es una señal que puede despistar a muchos, pero es importante saber que el bienestar psicológico también afecta a la salud.
Las señales: sufre pesadillas de forma frecuente, muestra nervios sin razón aparente, tiene episodios de fiebre o extrañas marcas en el cuerpo.
Muchas de estas señales se pueden identificar a simple vista por cualquier padre o madre, pero sobre todo teniendo una buena y sana comunicación con nuestros hijos. Su seguridad no depende de saber absolutamente todos los detalles de lo que hacen o con quien se relacionan, sino el educarles en la confianza y en la asertividad, que incluye enseñarles a pedir ayuda cuando algo no vaya bien. Pero, haya comunicación o no, lo más importante es permanecer atentos a cualquier tipo de señal. Acabar con la lacra del bullying es una tarea pendiente que afecta a todos.
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