La Torre de Hércules sólo la pudimos ver por fuera, ya que para ver bien el acuario hay que estar por lo menos un par de horas, pero me lo dejo para un próxima visita, ya que pude dar una vuelta por A Coruña y la verdad es que la ciudad tenía muy buena pinta, así que espero visitarla en un futuro.
La entrada al acuario cuesta 10 euros, parece un poco elevada, pero es un espacio muy grande y supongo que para mantenerlo y poder disfrutarlo es un precio acertado. El acuario se divide en tres partes, la primera que es donde se pueden ver los diferentes tanques con distintos peces. Los tanques no son tan grandes como los existentes en otros acuarios como el Oceanográfico de Valencia, pero existen algunas especies raras como los rapes y por supuesto no te puedes perder los llamativos pulpos. Si os gustan los peces tropicales o muy coloridos, hay menos que en otros acuarios, pero ahí radica la diferente de este lugar.
Nosotros fuimos un miércoles por la mañana y justo les estaban dando de comer y fue mucho más impresionante ya que ves cómo se mueven los diferentes animales y además, lo pudimos ver si apenas gente, lo que hace que lo disfrutes más. En esta parte del acuario también hay diferentes zonas didácticas que enseñan a los pequeños distintas peculiaridades relacionadas con el mar. Por el lugar en el que se encuentra enclavado se presta especial atención al ecosistema gallego.
Continuando con la visita, existe una zona exterior con unas preciosas vistas al Atlántico y donde se pueden ver unas graciosas focas que saludan a los visitantes. Finalmente, el recorrido finaliza con el “Nautilus”, donde se encuentran los tanques más grandes del acuario para observar peces de diferentes especies.