Como extraño esos días en los que mis hijos no repelaban si les ponía ropa térmica, uniforme, suéter, bufanda, chamarra y guantes, Jajajaja así tipo Canada y me quedaba con el antojo del gorro, de hecho creo que si se le he de haber puesto en algún momento, aquellos días que comenzaba con el famoso redoxon y demás multivitaminicos para llegar a Diciembre fuertes contra las gripes.
Hoy en la época puberta, se bañan en la mañana, salen si bien me va con el sweater y el pelo mojado corriendo al camión escolar o al coche lleno de amigos igual de empapados que ellos y las ventanas abiertas. No puedo evitar pensar "se van a enfermar" pero en fin, confío en las defensas de aquellos días en los que los mandaba como esquimales y para las diez de la mañana seguro ni chaleco traían ya, pero bueno, ojos que no ven corazón que siente.
Lo que si no puedo pasar por alto es que no se sienten a desayunar, en eso al menos me dan gusto y psicológicamente de eso me sostengo, pienso "bien desayunados les suben las defensas" y eso ayuda de la bendición me "garantiza" salud.
A los 40 si quisiera "forrarlos" de nuevo cuando siento frío, ya sea por las mañanas escolares o las noches de fiesta donde ahí si no hay manera que se lleven una chamarra porque "¿donde la voy a poner? ,Mejor llévamela cuando vayas por mi".
Sigo adaptándome a esta etapa inevitable de la adolescencia, se que no estoy sola, ¿te identificaste? Saludos.