El liderazgo es sinónimo de influencia, es un proceso de influir. Es la huella que dejamos en otras personas, y la que dejamos en los sitios en los que participamos.
Ser un líder con vocación de servicio significa, sencillamente, ser capaz de identificar y satisfacer las necesidades legítimas de las personas puestas a tu cargo. Satisfacer sus necesidades, no sus deseos.
Hunter habla en su libro de la Ley de la Cosecha: cosechas lo que siembras. Cuando siembras servicio y sacrificio, al identificar y satisfacer las demandas, cosecharás influencia. Nos revela dos cualidades en todos los grandes líderes: la humildad (centrarse en los demás) y la fuerza de voluntad (es el carácter en acción)
El liderazgo es una habilidad, aprendida o adquirida. Para el liderazgo no hay atajos. El carácter es la madurez moral para hacer lo correcto incluso si te cuesta algo, especialmente si te cuesta.
Como dijo Gandhi: Sé el cambio que quieres ver en el mundo
Con esta frase termina el prólogo del libro “La paradoja”. La gran paradoja: para mandar hay que servir.
En otra ocasión seguiremos analizando este libro tan motivador y lleno de principios que podemos aplicar en nuestra familia.