Por otro lado nos salimos tan repentinamente de casa de mis papás, que muchas cosas se han quedado sin ordenar y muchos juguetes, ropa y muebles se han quedado allá. Pero cada vez que pasamos a casa de mis padres, yo salgo a realizar mis actividades de trabajo, Edgar también hace las suyas y cuando regresa inmediatamente me pide que nos vayamos a casa, así que no he tenido tiempo de ordenar un poco el caos que queda y eso me comienza a causar estrés, me empieza a dar la sensación de que a mi marido no le gusta o no quiere estar en casa de mis padres y eso me causa mucho más estrés, además de que cuando vamos de visita con ellos, me siento apresurada y por alguna razón siempre termino olvidando algo importante en casa: la cartera, el cargador, la cámara, etc.
Hemos acordado que necesitamos el ingreso de ambos para salir a flote con los gastos de la casa y de las niñas, por lo que yo me dedico a los bienes raíces (estoy a sus órdenes si desean vender o rentar una propiedad) pero me desconcierta esa actitud negativa cuando se trata de venir a la ciudad, y ya lo he expresado: estoy feliz jugando a la ama de casa, sólo decídete si quieres ama de casa o inmobiliaria. Por que es un hecho que por aquellos rumbos no me pienso dedicar a los inmuebles, prefiero mil veces la ciudad.
En fin, así estoy con las emociones ahora. ¿Se sienten identificadas? ¡Las quiero escuchar!