Si la obesidad infantil es una de las cuestiones que más preocupa a pediatras y profesionales de la nutrición, el uso de plaguicidas en frutas y verduras debería, cuanto menos, generar la suficiente alarma como para impulsar la búsqueda inminente de alternativas respetuosas con la salud y la vida.
La mayoría de padres saben que —tan pronto como se inicie la alimentación complementaria— deben ofrecer alimentos frescos y variados a su bebé: frutas, verduras, hortalizas, tubérculos… Todos ellos parecen ser una excelente opción para la dieta de los más pequeños, pero, ¿es oro todo lo que reluce?
Los perjuicios de los pesticidas y fungicidas en las frutas y verduras para bebés
Los organismos y autoridades competentes camuflan todo cuanto pueden y crean rangos seguros de ingesta o exposición al producto (límite máximo de residuos), una falacia disfrazada de seguridad alimentaria que poco o nada refleja la realidad, sobre todo teniendo en cuenta que habría que contabilizar la ingesta diaria de este tipo de sustancias tóxicas provenientes todos y cada uno de los alimentos autorizadamente contaminados que nos llevamos a la boca.
Todo esto, unido a los más que probables efectos secundarios a largo plazo que no contemplan los límites toxicológicos de las mal llamadas buenas prácticas agrícolas, hacen que la agricultura ecológica sea tan extraordinaria como necesaria.
La Asociación Española de Pediatría (AEPED) recomienda lavar y retirar la piel de los vegetales e invita a consumir alimentos ecológicos siempre que sea posible.
Lavar y pelar las frutas y hortalizas para eliminar posibles residuos de plaguicidas. Siempre que sea posible, consumir alimentos cultivados sin fertilizantes o pesticidas.
AEPED Pero, como ya hemos visto en otras ocasiones, objetivamente, las leyes vigentes no siempre velan por nosotros, por lo que más allá de lo que oficialmente nos recomienden, debemos ser minuciosamente críticos con aquello que concierne a nuestra propia salud.
Entre los riesgos que conlleva la ingesta de frutas y verduras tratadas con agentes químicos —incluyendo disruptores endocrinos— se encuentran:
Náuseas
Dolor abdominal
Diarrea
Mareos
Ansiedad
Malformaciones congénitas
Bronquiolitis, asma y otras enfermedades pulmonares
Daños en el hígado
Trastornos en el sistema nervioso, neurológico e inmunológico
Diabetes
Distintos tipos de cáncer
Parkinson
Alzheimer
¿Dónde comprar fruta y verdura ecológica para bebés?
Los alimentos cultivados sin pesticidas no necesariamente tienen que tener una certificación ecológica u orgánica. Existen comerciantes locales que cultivan de forma ecológica a muy pequeña escala. Sin ir más lejos, en mi pueblo existen varias familias que cultivan naranjas y verdura sin usar ningún tipo de producto, más allá de agua y estiércol.Pero cuando no conocemos ningún productor local de estas características, la mejor opción es acudir a comercios que posean la debida certificación, tiendas de fruta y verdura ecológica.
Nosotros conocemos de primera mano a tres: Natural Gourmet, Ecojaral y Naranjas Eco.
Natural Gourmet
Además de cestas o cajas variadas de temporada (tienen cajas especiales pensadas para la elaboración de recetas saludables para bebés y niños), ofrecen la posibilidad de comprar los productos al peso. Sus precios son realmente buenos y los envíos salen a 3,95€ (tarifa plana) a cualquier punto de la península.
Naranjas Eco
Los envíos son gratuitos para cestas de más de 27€, importe mínimo para el envío a domicilio. En cuanto a los precios, hay productos con una relación precio/kilo realmente buena y otros que quizá estén algo por encima del precio medio. Destacamos la gran variedad de productos ecológicos de temporada que ofrecen.
¿Merece la pena comprar fruta y verdura ecológica para tu bebé?
Sin embargo, esto no es más que una falacia (más) para que el consumidor mire hacia otro lado y acabe consumiendo la misma mierda de siempre.
Comprar frutas y verduras bio merece la pena, y mucho. Más aún cuando tenemos pequeños en casa.
No obstante, no debemos olvidar que hablamos de fruta y verdura ecológica, cuyo coste siempre es más elevado que la fruta y verdura cultivada de forma tradicional, al menos —y esperamos que algún día sea diferente— por ahora.
Si no puedes permitirte gastar un poco más en este tipo de productos frescos, asegúrate de lavar bien cada pieza y retira los restos de piel siempre que sea posible.
Busca opciones de vegetales ecológicos que se adapten a tu bolsillo y acostúmbrate a aprovechar toda la comida que guardas en la despensa y en el frigorífico. La mayoría de las veces no acaba siendo tan caro como pensábamos y, por su puesto, la salud de tu bebé te lo agradecerá.