Para mi amigo L, que tiene tiene tres años y medio y es más salado que nada, opté por no pasarme, no fuera a darle miedo comérselas. Después de ver su reacción, me quedó claro que a los niños les encanta que los dinosaurios sean fuertes, peligrosos, malísimos y digan muy alto GROOOARRR.
Se zampó el estegosaurio en menos de 10 segundos y el braquiosaurio en unos 8, y si no lo llega a parar su madre acaba con toda la especie en la primera media hora.
Estas galletas son sencillas de hacer pero requieren un poco de gracia dibujando. Primero hice los fondos y los dejé secar. Luego copié los dibujos de un libro de mi hija y los cubrí con icing en consistencia media / espesa. Y por último, una vez que estaban bien secos, hice los detalles con un rotulador alimentario. El T-Rex de pie me quedó un poco Godzilla, pero quería hacerlo muy terrorífico.
En fin, que a mi amiguito L. no le dieron ningún miedo. Estos niños de hoy…
¡La próxima vez se va a enterar!