Hoy la fría realidad me devuelve el pensamiento de que, como padre, tendré que hacer que mi pequeña crezca y aprenda a vivir en un mundo en que pasan cosas tan espantosas. No sé cómo se enseña esto a un chaval, a una crío o una cría, porque ni yo mismo me lo explico del todo.
El lápiz… La pluma… El rotulador… El pincel… son el abrigo bajo el cual se cobija el alma de mucha gente en este mundo cuando esta sale a expresarse al cielo abierto y la intemperie fría y cruda de la realidad cotidiana. Son nuestros principales instrumentos para comunicarnos y expresarnos.
Ayer, en París, resonaron las balas en la mañana y ese abrigo quedó trágicamente teñido de dolor y lleno de agujeros.
Quiero pensar que todavía hay lápices suficientes en el mundo para que podamos remendarlo.
Por eso, más que nunca…
…¡¡¡TODOS A LOS LÁPICES!!!
De todo corazón, mis condolencias con las víctimas y los familiares.