Amán y Mardoqueo
En el libro de Ester de la Biblia, se encuentra la historia de un hombre llamado Amán, quien fue ascendido por el rey Asuero a un cargo mas alto, sin embargo en lugar de ser feliz por ese logro, Amán se llenada de rabia porque Mardoqueo guarda real, no se inclinaba delante de él, esto sucedía cada vez que Amán veía a Mardoqueo. Su altivez llegó a tal punto de levantar una horca en su casa para matar a Mardoqueo y no solo a él sino también exterminar a todo su pueblo. El pecado del orgullo muestra la altivez de espíritu como dice Proverbios 16:18 "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu".
En los Capítulos 5 - 7 de Ester usted mismo puede leer esta historia, donde denota el camino del orgulloso Amán, que comenzó con una promoción genuina (tal vez por servicio fiel) por el rey Asuero, esto lo llevó a arrogancia jactanciosa de su avance; y culminó en exaltación propia. ¿Como te sientes cuando eres ascendido en un puesto mas alto? ¿Que efecto produce la promoción a roles mas altos en tu vida? ¿Hace que te sientas con mayor responsabilidad y no miras privilegios, o te hace inflar tu "Ego" hasta sentir que eres todopoderoso y que nadie puede tocarte ni con un dedo?
Con dolor vemos estas actitudes en la vida de muchos hombres y mujeres que se dicen siervos de Dios, hombres que profesan cumplir la voluntad de Dios, pero están llenos de orgullo. Es más, nadie puede decir yo no tengo orgullo. Sin embargo, encontramos un remedio poderoso que se encuentra en 1 Pedro 5:6 que dice: "Humillense, pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo" NVI. Aquí la instrucción es humillarse, presentarse delante de Dios cuando sienta esos síntomas del orgullo que son la jactancia y la arrogancia, creerse superior a los demás. Debo correr a mi "lugar secreto" y confesar mi pecado a mi Dios, pedirle perdón, quebrantarme, y pedirle que saque todo sentimiento arrogante, que ha llegado a mi vida por cualquier motivo. Si hacemos esto, viene la recompensa que dice, que Dios nos exaltará en su debido tiempo.
Seguramente usted ha tenido logros en su vida que no han sido recompensado, pero, si espera el tiempo de Dios, él lo recompensará y lo exaltará. Solo debe continuar haciendo las cosas que debe hacer con humildad, sabiendo que las hace para el Señor y no para buscar recompensa. Tenga cuidado con el síndrome del "Yo", porque puede llevar a la muerte como le sucedió a Amán.
Fuente: Basada en el libro de devocionales "Tu Andar Diario" de Ministerios Caminata Bíblica, Pág 159. Ed. UNILIT
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